«Vuelve a Asturias un documento que pertenece a Asturias, al Monasterio de Cornellana»

Publicado el 22/11/2024
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«Vuelve a Asturias un documento que pertenece a Asturias, al Monasterio de Cornellana»
(En la foto, el Canónigo Archivero de la Catedral, Juan José Tuñón, en el Archivo Catedralicio)

 

Con motivo de la celebración de su milenario, el documento fundacional del Real Monasterio de San Salvador de Cornellana, en el que se describe la dotación con la que nació este cenobio en el año 1024, ha regresado por unos días a Asturias tras casi 200 años en el Archivo Histórico Nacional de Madrid, para ser expuesto al público, primero en un acto en el propio Monasterio, este pasado fin de semana, y después, en una exposición documental que se puede visitar hasta hoy viernes en el Archivo Histórico de Oviedo. Para esta exposición, el Archivo Histórico de la Catedral de Oviedo ha cedido tres importantes documentos, de los que nos habla el Canónigo Archivero de la Catedral, Juan José Tuñón.

Documento fundacional del Monasterio de Cornellana

¿Qué tiene de especial este documento fundacional?
En primer lugar que se trata de un documento, como su nombre indica, fundacional, y de alguna manera refleja indirectamente la consagración de ese lugar como un monasterio. Su singularidad reside realmente aquí, pero además se trata de un documento que está fuera de Asturias desde casi hace 200 años, algo más de 170 para ser exactos. Esta documentación fue, en la época después de la desamortización, retirada del Monasterio y llevada por el Estado, primero estuvo en Oviedo y después lo llevaron mejor dicho para el Archivo Histórico Nacional. Estos días ha vuelto a Asturias un documento que realmente pertenece a Asturias, al Monasterio de Cornellana.

¿Cuáles han sido los documentos que la Catedral ha cedido para la exposición de estos días en el Archivo Histórico de Oviedo?
Hay que decir que es una exposición muy agradable. Yo he podido recorrerla en una visita guiada y creo que quienes han preparado la exposición, el comisario profesor Calleja, así como la directora del Archivo Histórico Provincial y otros colaboradores, han hecho una exposición sencilla, agradable, muy didáctica y a la vez que nos transporta a una historia del Monasterio de Cornellana desde el documento fundacional hasta la actualidad, donde termina la exposición con referencias a la rehabilitación del monasterio últimamente.

Dentro de esta línea de colaboración que la Iglesia Asturiana tiene con las instituciones públicas, también con la sociedad y de manera muy particular el Cabildo de la Catedral de Oviedo cuyo archivo realmente recoge, no sólo la documentación más antigua de Asturias, sino una valiosísima documentación de siglos, hemos prestado tres documentos para la exposición que ayudan a contextualizar el Monasterio de Cornellana en esos inicios. Concretamente hemos prestado un documento del año 1122, es un pergamino donde figura la vinculación del monasterio de Cornellana a la Abadía de Cluny. La Abadía de Cluny en esta época se convierte en la cabeza de todos los monasterios benedictinos y se van vinculando a ella los monasterios locales de los diferentes lugares de Europa. Ahí está también Cornellana.

El segundo documento es del año 1300, un documento muy curioso, muy interesante, puesto que se trata de un documento en pergamino donde se faculta a Abad del monasterio de Cornellana para que ponga paz en los enfrentamientos que hay en torno a problemas que se han generado con los señores de la tierra y demás en torno al monasterio. Es un documento que procede de la penitenciaría apostólica y que incluye incluso el sello de la penitenciaría, colgado, con lo cual es también algo que le da un gran valor. Y el tercer documento es un libro donde se recoge un pleito entre el obispo Ramírez de Guzmán con el merino mayor de Asturias. Y ahí figuran entre los declarantes el Abad de Teverga. Es un documento de 1430, en papel y tiene el interés, entre otras cosas, de que se trata de un documento en papel época medieval, que se conservan muy pocos.

El Archivo Catedralicio mantiene un importante flujo de investigadores que acuden a consultar documentos.
Sí, el Archivo ha sido desde siempre, desde hace siglos, una referencia, al tener documentos muy importantes y muy antiguos. Y ya sin referirnos a siglos pretéritos, sino de la actualidad, cuando uno ve el libro de registro de los últimos 50 años de los investigadores que van cada día al archivo, puede percibir la línea de investigación y la demanda que han tenido estos documentos. En la actualidad sigue habiendo investigadores que vienen a estudiar o bien pergaminos, o bien códices, o bien fondo musical, de lo mucho que tiene el archivo.

¿Quedan aún cosas por descubrir?
El archivo no solo está inventariado sino también catalogado. Es una labor que se hizo en décadas, en momentos distintos y por diferentes manos. Se han hecho cargo del catálogo de pergaminos en los años 50. Se ha hecho también un catálogo de los códices. Existe un catálogo del papel manuscrito que era ingente y abundantísimo y absorbió la labor del archivero Don Raul Arias del Valle durante más de 12 años, poniendo papeles, clasificándolos, colocándolos en su lugar. Hay también un catálogo de incunables. Así que sorpresas no se van a descubrir, porque realmente el deber de los archiveros es saber qué documentación hay y para eso están los inventarios y catálogos. Otra cosa es la rentabilidad, a veces sorprendente que, a partir de un documento, se puede sacar para otros aspectos que no son necesariamente eclesiásticos, sino referente a la economía, cultura, comportamientos sociales, noticias de la época… Un abanico amplísimo.

De unos años a esta parte, además, el programa de abonados de la Catedral ofrece la posibilidad de que estas personas que están abonadas y lo deseen, puedan visitar y conocer el archivo. Y es curioso porque lo hacen en dos niveles, hay una sesión para aquellos que no lo han visto nunca y otra, para los que ya lo conocen y pueden pasar a un siguiente plano de conocimiento. ¿Cómo son estas visitas y qué les enseña? Porque además lo hace usted mismo.
Las visitas responden a un planteamiento que para mí es muy importante y que he ido descubriendo con el paso de los años conforme me he ido dedicando al tema del patrimonio tanto artístico como, en este caso, documental. Es importante conocer el valor de los documentos para evitar páginas tristísimas que hemos tenido y hoy lamentamos pérdidas irreparables. Para eso es importante que la sociedad sea muy consciente del valor de esa documentación, de la importancia que tiene y por otra parte es una documentación que está muy unida a Asturias, por lo tanto es algo nuestro y también pienso que es muy positivo que la propia sociedad asturiana disfrute de eso que refleja esa sociedad a lo largo de los siglos y en muchos casos cuestiones identitarias muy importantes.

Es cierto que hemos establecido de momento dos niveles de visitas, no niego que llegaremos a un tercero, un primer nivel para las personas que no han estado nunca en el archivo, para conocer cómo funciona un archivo catedralicio y qué documentación puede tener, cómo se organizaba, los armarios de época con sus cajoneras, con todo lo que podríamos decir cómo funcionaba un archivo en este caso en principio programado tal como está hoy a principios del siglo XVIII.

El segundo nivel es para quienes ya conocen el archivo, les vamos cada año poniendo en contacto con alguna documentación, por ejemplo, libros de fundaciones,o bien puede ser documentación relacionada con obras constructivas de la Catedral, como capillas y demás, eso que se está viendo todos los días, pero pasarlo al ámbito de la documentación, donde aparecen cosas interesantísimas y muchas veces sorprendentes.