Reflexión en vídeo de nuestro Arzobispo, Mons. Jesús Sanz Montes, ante el segundo Domingo de Cuaresma.
«Podemos pensar que nuestra vida tiene difícil arreglo cuando estamos ante situaciones insuperables y sin resolver. Entonces nos sobreviene una tristeza es escéptica y dejamos de esperar, de luchar, de seguir caminando. En este segundo domingo de Cuaresma nos ofrece la palabra de Dios un respiro con la escena del Monte Tabor. Jesús llevará a Pedro, Juan y Santiago a orar al monte. La triple actitud de los discípulos ante lo sucedido es en la que también nos reconocemos nosotros: el cansancio, el delirio, y el temor. ¿No son estas notas las que frecuentemente nos acompañan en nuestra andanza por la vida?
El delirio de Pedro, deudor de su cansancio, propondrá hacer del Tabor una especie de área de descanso donde reposar sus sueños, entrar en corduras, y sacudirse sus miedos. Pero Jesús invita a bajar al valle de lo cotidiano, donde la vida corriente matiza lo espectacular con implacable realismo. Dios seguirá acompañándonos, con nubes o con soles, y nos dirigirá su Palabra que seguirá resonando en el corazón con amor y amistad».
