Niños y jóvenes disfrutan en este mes de julio de los campamentos que organiza la Acción Católica en Sena de Luna (León) para la sección de Infancia y la de Juventud. Alejandra Rodríguez, de 26 años, responsable de Infancia, y Dani López, de 23 años, de Juventud nos han contado cómo lo llevan a cabo y cómo es el espíritu de esta actividad que tanto ha marcado a este movimiento.
¿Cómo os preparáis para estos campamentos?
Alejandra: el lugar donde se celebra es un parque natural precioso y esto se agradece porque intentamos que haya desconexión del mundo cotidiano, de las tecnologías, y los niños piden también ese contacto con la naturaleza, estar jugando y no estar pendientes de ver la tele o el whatsapp. Gracias a todo el apoyo de los asociados tenemos unos sesenta niños y doce acompañantes, que son un gran número.
Dani: con los jóvenes somos siete acompañantes y son una maravilla de equipo. En nuestro caso, muchas de las actividades se hacen ya desde los equipos parroquiales.
Porque vuestra actividad se desarrolla durante todo el año.
Alejandra: además de todas las dinámicas diocesanas que hacemos, en el ámbito parroquial tenemos reuniones periódicas dependiendo de la dinámica del grupo. Intentamos darlo todo en la parroquia ya sea participando en el coro, en Cáritas, en liturgia, donde se nos pida y para lo que se nos necesite, porque antes que nada somos parroquia. Intentamos anunciar y evangelizar aportando nuestro granito de arena.
¿Por qué creéis que los padres y también los niños y jóvenes eligen vuestro campamento con todas las opciones que tienen hoy en día?
Alejandra: por un lado tenemos niños que han crecido dentro de la asociación y otros llegan por el boca a boca o por participar en la parroquia. También de un año a otro cuando contactamos con las familias de niños que ya fueron, nos dicen que están deseando repetir. Es un campamento muy tradicional y los niños se involucran mucho. Hacemos una comunidad, una familia que luego te lo llevas. Yo tengo muchos recuerdos de cuando iba de pequeña y creo que gracias a eso a día de hoy Dani y yo estamos aquí. Todo lo que se nos dio lo queremos devolver de alguna manera y las miguinas que dejamos se recogen. Los padres también buscan ese algo más cuando deciden que vayan sus hijos, que puedan sacar algo de provecho. En Infancia por la mañana tenemos un tiempo de formación, de catequesis, con temas de actualidad que les quedan cercanos que los puedan llevar al día a día. Queremos acercar la Iglesia y el tiempo libre es una herramienta clave; y si logramos que estos niños y jóvenes, incluso los no están tan conectados, participen será genial.
¿Es diferente en el caso de los jóvenes?
Dani: los jóvenes según se van acercando a la Iglesia de nuevo o continúan en ella, la vamos resignificando y dándole profundidad y valor a lo que hacemos en el campamento, en la asociación y la presencia en la parroquia: tanto lo que recibimos de ella como lo que podemos aportar. Este año, en Jóvenes, en todas las convivencias y los encuentros hemos estado tratando el tema de la Encarnación que se traduce en nuestro ser cristianos en el día a día y en nuestra presencia en entornos públicos. De ahí este tema ha ido creciendo porque gustó mucho y la gente se involucró con ello, se formó mucho debate y actividad; incluso trajimos también ponentes. Y eso se ha trasladado al campamento para tratarlo durante estos días. ¿Hay dificultades para que la gente se reenganche? Creo que hay dificultades para que den el primer caso, en ocasiones da entre comillas pereza, porque es meterte en un tinglado de hacer mil cosas y estar a tope en función de lo que se pueda también. Pero una vez que empiezas te encanta y estás contentísimo, y lo lazos que se forman valen mucho la pena.
Vosotros sois también muy jóvenes, ¿qué os aporta participar en estos campamentos?
Alejandra: Es muy muy gratificante cuando ves la cara de los niños de felicidad. Es lo que más nos nutre. Todos en la asociación pasamos de alguna manera por Sena y eso nos cambió, porque en Acción Católica empiezas con siete u ocho años y es un camino para toda la vida, no tiene un principio y un final. Es también lo que plantea la Iglesia, que no sea solo ir a las parroquias a recibir los sacramentos. Por eso hay que buscar claves para que niños, jóvenes y adultos se enganchen, y para ello todos los que formamos parte de la Iglesia tenemos que difundir el mensaje y animar a que participen.
Dani: ese enganche se mantiene. Por ejemplo, este curso dos personas que habían estado en grupos y se fueron ya hace años a vivir en Madrid, me dijeron que se habían pedido las vacaciones para venir al campamento. Y lo primero que me salió decirles fue ¡por favor y gracias!. Es muy gratificante, hace muy feliz el poder ser partícipe y testigo de todo esto.