Escultura de bulto redondo de madera tallada y policromada, con una altura de 54 cm.
Pertenecía al repertorio escultórico del templo parroquial de Viescas y procede seguramente del antiguo retablo, hoy desaparecido, pues así lo evidencia la superficie aplanada del dorso.
Se data a finales del siglo XVII y es obra de un tallista popular anónimo, conocedor de los gustos del naturalismo barroco predominante en esta época. La expresividad, la rigidez, la desproporción anatómica y el tratamiento anguloso y geométrico de los paños, la vinculan con modelos naturalistas barrocos y se apunta una posible influencia de los modelos de Luis Fernández de la Vega quien introduce en Asturias esta corriente artística.
La policromía es de escasa calidad, aplicada directamente sobre aparejo de yeso, y la falta de algunas piezas se debe a la afección de carcoma anterior a su ingreso en el Museo.
La devoción al arcángel experimento un gran impulso tras el Concilio de Trento (1545-1563), y San Miguel se convertirá en el paladín del catolicismo frente al protestantismo. Como general de las milicias celestiales, es el defensor del Pueblo de Dios y vencedor en la lucha del bien contra el mal.
Su festividad se celebra el 29 de septiembre y es el santo patrono de militares y policías.
Esta escultura de San Miguel Arcángel se expone actualmente en el Museo de la Iglesia, en el claustro alto de la Catedral de Oviedo.