La celebración de la Campaña del Seminario de este año 2018, que ha tenido por lema “Apóstoles para los jóvenes” se ha desarrollado en varias etapas. El pasado jueves, 15 de marzo, el rector del Seminario, Sergio Martínez Mendaro, junto con cuatro seminaristas, ofrecieron un encuentro ante los medios de comunicación asturianos para acercar la celebración del Día del Seminario, que tiene lugar siempre coincidiendo con la solemnidad de San José. En este encuentro, el rector hizo una presentación de lo que es el Seminario, cómo se forman los jóvenes aspirantes a sacerdotes, y cómo es el día a día allí. A continuación, los cuatro seminaristas ofrecieron su testimonio ante los medios, cada uno desde su historia y recorrido personal.
Además, el lunes, 19 de marzo, solemnidad de San José, patrono de los Seminarios, tuvo lugar por la tarde el tradicional “encuentro con las familias”. En el Aula Magna del Seminario Metropolitano, las familias de los seminaristas se dieron cita en un encuentro informal en el que se hizo un recorrido por el último año, recordando los momentos más importantes y emotivos del curso. Los dos jóvenes que han ingresado en el Seminario, este año, Marco Antonio y Andrés Camilo, ofrecieron un pequeño testimonio, como también lo hicieron Miguel Ángel Bueno, que este año se ordenará diácono, y Ángel María Vilaboa, que será ordenado sacerdote, en Pentecostés. Además, hubo una mención especial a Sor Margarita, nueva religiosa en la comunidad de las Franciscanas del Buen Consejo que viven y trabajan en el Seminario Metropolitano de Oviedo. A continuación, a las siete de la tarde, tuvo lugar la eucaristía del Día del Seminario, en la Capilla Mayor, presidida por el Arzobispo, Mons. Jesús Sanz. En dicha celebración, además, siete aspirantes al sacerdocio y al diaconado permanente recibieron el ministerio del lectorado. En su homilía, Mons. Sanz recordó que “San José fue llamado a colaborar en la historia de salvación aportando su apellido, su linaje, su historia personal y familiar. De este modo el Mesías que virginalmente concibió María en su seno, podría pertenecer al linaje de David, del que se derivaba la descendencia de José de Nazaret. Su taller de artesano, hizo sólo de escenario. Su aportación fue la propia vida. Es lo que los 7 lectores instituidos en el ministerio del lectorado están también llamados a ejercer: ofrecer sus vidas para que en ellas se pueda leer lo que escribe Dios, y que a su vez ellos logren leer cuanto el Señor escribe de tantos modos en la historia de sus hijos. No sólo la Santa Escritura es la Palabra que han de leer, sino todo cuanto nuestro Dios “escribano” tiene a bien relatarnos a través de los avatares de la historia de la humanidad. Tres candidatos diáconos permanentes casados, un candidato diácono permanente célibe y tres seminaristas que se preparan para el sacerdocio fueron los que recibieron en la fiesta de san José el ministerio del lectorado, como un paso más en su biografía vocacional. Un regalo que la Diócesis reconoce y agradece a Dios, mientras sigue pidiendo ser bendecida con muchas y santas vocaciones para el ministerio sacerdotal y diaconal”.