Desde este sábado hasta el próximo día 25 de enero la Iglesia Celebra la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. El sacerdote José Luis González, Delegado Episcopal de Ecumenismo, nos ha contado en qué consiste este octavario y la importancia de la acción de orar en la vida del cristiano.
El lema de esta semana es «¿Crees esto?», una pregunta que nos interpela personalmente, pero también para pensar en lo que nos une como cristianos.
Celebrar la unidad de los cristianos esta semana de oración es traer a la memoria lo que dijo el Señor: que todos sean uno. Ese gran deseo que se hizo obra en su vida y particularmente cuando murió en al cruz. Y es que Jesús muere en la cruz para reunir a los hijos de Dios dispersos. Celebrar la unidad de los cristianos es recordar esto y pedir por ello. Siempre digo que orar es algo muy sencillo de hacer porque es hacer memoria de Dios; de lo que él quiere y desea. Lo que nos une es un mismo bautismo porque todos los cristianos hemos sido bautizados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Esto nos hizo entrar a formar parte de la Iglesia, del cuerpo de Cristo.
Y de ello debemos dar testimonio.
Nuestra vida tiene que estar referida y enraizada en Cristo. Dios Padre desea amar en nosotros lo que ama en su hijo Jesucristo. Y esto es que él se hizo obediente hasta la muerte y muerte en cruz para llevar a cabo una tarea de unidad. El maligno es todo lo contrario, a él se le llama el padre de la mentira, el acusador de nuestros hermanos. Y la mentira siempre divide. La verdad, en cambio, siempre hace entrar en comunión. Y esta verdad no es algo, es alguien y es Cristo. En la medida en que nos identificamos más con Cristo más vivimos enraizados en la verdad y por lo tanto mas vivimos ese misterio de comunión que él vino a traer a la tierra y que en definitiva es lo que se vive en el misterio de Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Esta semana no es de actos, eventos… sino que se nos pide orar, resaltando la importancia de este gesto.
A lo largo de toda la tradición cristiana se dice dice que la oración es la respiración del alma. No se puede vivir sin respirar, no se puede ser cristiano tampoco sin orar. La oración fundamentalmente es la glorificación de Dios y acción de gracias. Es presentarle a Dios con corazón de pobre, porque es lo que somos, nuestras necesidades. Y una de ellas, en la vida cristiana, es realizar en el quehacer de cada día lo que Cristo realizó en la cruz. Este es también el significado último de la celebración eucarística. El pan que estuvo disperso se hace uno porque en la eucaristía se logra que siendo muchos seamos un solo cuerpo cuya cabeza es Cristo. Orar es fundamental en la vida cristiana. No se puede ser cristiano sin ser orante.
Los obispos han vinculado el mensaje para esta semana también con el jubileo que se está viviendo, con la esperanza.
La esperanza es una virtud teologal fundamental en la vida del cristiano. La esperanza es estar abierto al mañana que es donde se realiza en plenitud entre todos los hombres, entre todos los cristianos. Ahora en nuestra vida mortal estamos en camino, en un camino envuelto en la esperanza y la alegría que nos da el saber que un día esto no es un idea preciosa que se desvanecerá, sino una realidad que se llevará a plenitud