Este domingo, 19 de mayo, solemnidad de Pentecostés, tendrá lugar, en la Catedral de Oviedo, la ordenación diaconal de cuatro seminaristas. Uno de ellos, Dimas Fernández, del Seminario Metropolitano y tres del Seminario Diocesano Misionero Redemptoris Mater: Juan Bautista González Crespo, Joao Otavio Da Silva y Jonathan Solano.
La celebración tendrá lugar a las seis de la tarde, estará presidida por el Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz Montes y supone un momento especialmente emotivo para estos cuatro jóvenes, al que se enfrentan «con mucha ilusión», como reconocen ellos mismos.
Dimas Fernández es natural de Valdesoto, y tras estudiar un ciclo de Formación Profesional, durante diez años se dedicó a la ebanistería, en La Felguera. Colaboraba con su parroquia y con el tiempo, sintió una fuerte llamada al sacerdocio, hasta que se decidió a entrar en el Seminario Metropolitano.
Juan Bautista González, por su parte, es natural de Barbate (Cádiz), «un pueblo costero muy bonito», señala él mismo. Destaca que su vocación nació de forma muy temprana, a raíz de la Jornada Mundial de la Juventud del año 2011, y en aquellos momentos empezó a discernir su vocación. «Cuando acabé el Bachillerato decidí entrar en un Seminario y concretamente me fui a uno que tenía el carisma del Camino Neocatecumenal», explica. «Al poco me vine a Asturias –dice–, donde me he sentido muy acogido y sobre todo muy querido por todos los asturianos desde que he llegado».
Joâo Otavio Da Silva afirma sonriente que su acento le «delata». Es natural de una ciudad cercana a Sao Paulo, en Brasil, y reconoce que su vocación nació de la predicación de la Palabra de Dios, en unas catequesis del Camino Neocatecumenal en su parroquia. «Una vez fui a comentar con mi párroco algo que me había impactado mucho y entonces él me sugirió que a lo mejor podría tener vocación, que quizá Dios podría estar llamándome a algo distinto». «Con las cosas de la vida –afirma– y con el carisma misionero de nuestros Seminarios, vine a parar aquí a Asturias y la verdad es que estoy muy agradecido al Señor y muy contento de estar aquí en esta tierra que es, como vosotros mismos decís, el «paraíso natural».
Jonathan Solano es natural de Costa Rica. Con tan solo 18 años empezó a trabajar en el sector del Metal, y posteriormente se formó como Técnico en Informática, trabajando también unos años en ese campo. Sin embargo, en un momento determinado, con el anuncio del Evangelio se encontró con que «Dios me quería como era» y empezó a vivir su fe en una comunidad del Camino Neocatecumenal de la que ahora es Catedral de Cartago. En el año 2016 entró en el Seminario.
Se termina para ellos un periodo de estudios, formación y convivencia en la comunidad del Seminario que dejarán «con mucha pena», reconocen. «Dentro del Seminario he sentido que se me ha querido y se me ha educado también –explica Juan Bautista–. Dejo el recuerdo de muchos compañeros y sobre todo el recuerdo del cariño y el amor con el que se me ha tratado y educado en la fe. Veo que salgo siendo un hombre verdaderamente para enfrentarme al mundo, para ayudar a la gente que tanto nos necesita».
Y queda por delante un año de diaconado donde tendrán otro tipo de aprendizaje, sobre el terreno, y en el que esperan «entregar el regalo» que van a recibir el domingo, «que es el servicio, que Dios me ayude a servir a mis hermanos», afirma Jonathan Solano, mientras que Juan Bautista reconoce que «es un tiempo propicio para entregarme y devolver todo lo que se me ha dado en estos diez años de formación en el Seminario».