La Basílica del Real Sitio ha acogido, un año más, la celebración de la festividad de la Virgen de Covadonga, fecha en la que se celebra también el Día de Asturias. Ante la presencia del Presidente del Principado, D. Adrián Barbón, así como representantes de los grupos políticos y autoridades, el Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz, acompañado por el Vicario General de la diócesis, el Cabildo del Santuario, sacerdotes diocesanos y diáconos, ha presidido la misa solemne, acompañada musicalmente por la Escolanía del Santuario.
En su homilía, Mons. Sanz ha recordado que «la pandemia nos sigue llamando a la prudencia y a la responsabilidad en este pulso que ha puesto en jaque tantas cosas, pero que en Asturias apunta maneras por la gestión que está haciendo nuestro gobierno regional y la generosa colaboración ciudadana», mencionó, en el segundo año consecutivo en el que, por seguridad, se ha decidido suprimir la tradicional procesión con la Virgen de Covadonga hasta la Santa Cueva, así como las ofrendas de los concejos asturianos.
Pero además el Arzobispo de Oviedo recordó que nos encontramos en un año con escenarios poco «halagüeños», como «los índices de paro laboral, especialmente entre la población más joven, el pago de la luz cuyas facturas nos apagan, o la tasa de natalidad a la baja haciendo de nuestra región la más envejecida de España». «El panorama que dibujan algunas leyes sin demanda ni debate social –afirmó Mons. Sanz– demasiado oportunistas para la demagogia gubernamental, que siguen sembrando crispación y una impuesta transformación de la sociedad al albur de ideologías varias. Ya quisiera yo que niños abortados o ancianos y enfermos eutanasiados sin paliativos tuvieran la legislación protectora que se les brinda a los toros. Mal asunto cuando la estocada se da en el seno materno, o cuando en el dolor terminal se da la puntilla al enfermo; esto es otra corrida… subvencionada. Y no despeja este recomienzo del curso el panorama internacional con la inestable de paz entre los pueblos, viendo lo que algunos fundamentalistas de turbante o turbadores de guante blanco, hacen con las mujeres, las niñas, y con los cristianos a los que degüellan sin miramiento ante la indiferencia internacional». «Podría parecer –dijo– que la primera plana de este periódico de actualidad estaría ensombreciendo cualquier atisbo de salida en el horizonte terco de profunda crisis como el nuestro. Pero es aquí precisamente donde emerge la oportunidad de escribir un guion diferente desde nuestras respectivas responsabilidades. Y donde la fiesta que celebramos puede acercar la luz que haga de nuestra vida una casa encendida y la ciudad se llene de alegría».
Para finalizar, el Arzobispo de Oviedo quiso agradecer «a nuestros curas el esfuerzo precioso por animar a nuestro pueblo con palabras de Buena Nueva, a nuestros religiosos y catequistas, a nuestra gente de Cáritas. A quienes desde su ámbito político y educativo, sanitario y social, judicial y desde las fuerzas de seguridad, se esfuerzan también por construir un mundo mejor que disipe nubarrones y pueda llenar la ciudad de alegría y esperanza».
Eucaristía del Día de Nuestra Señora de Covadonga en vídeo