A pesar de las dificultades que este año está trayendo consigo, Manos Unidas Asturias continúa su labor para atender los proyectos previstos como el que se ha podido finalizar en el país africano de Burkina Faso, en un barrio marginal de su capital Ouagadougou, dotando al centro de formación Santa Vicenta María de Saaba, regentado por las Religiosas de María Inmaculada, de las instalaciones adecuadas para la alfabetización y capacitación profesional de mujeres. El proyecto ha supuesto una inversión de más de 92.000 € y ha hecho posible que en este curso se hayan podido inscribir sesenta chicas nuevas, por lo que actualmente noventa y cinco alumnas se está formando en él. Unos trabajos que se han podido desarrollar como estaba previsto a pesar del periodo de fuertes lluvias y de la dificultad de tener que avanzar mientras las alumnas ya matriculadas continuaban con sus estudios ya que se quiso comenzar lo antes posible para que este curso se pudiese dar la oportunidad a otras jóvenes de comenzar su formación. El hecho de que las religiosas vivan allí, aunque su casa de comunidad no está aún construida se han instalado en unas habitaciones para poder estar cerca de las obras, ha facilitado el seguimiento de los trabajos y la solución de las dificultades que se han ido planteando.
Así se han construido dos aulas: una para alfabetización y otra para el primer año de la formación en corte y confección (capacitación que ha podido dar comienzo gracias a este proyecto); se han comprado veinte máquinas de coser y una de sobrehilar, además de más de cien sillas para alumnas y monitoras; se han hecho mesas individuales metálicas que sustituyen a las dobles de madera y que ofrecerán más comodidad a las alumnas, además de dos mesas de mayor tamaño para el corte y la plancha. Este equipamiento ha permitido dar comienzo a unas clases que servirán para que estas niñas y jóvenes puedan educarse y lograr un trabajo independiente. De hecho las religiosas de María Inmaculada han visto como se han acercado más niñas al centro para interesarse por la formación que pueden adquirir.
Un proyecto que ayuda a cambiar la vida de niñas y jóvenes de uno de los países más empobrecidos del mundo que de otro modo no tendrían oportunidades y que encuentran en estos centros formación la posiblidad de labrarse un futuro y confianza, como así lo expresa una de las religiosas de María Inmaculada: “Algunas estaban convencidas que no podrían aprender porque no sirven para nada, eso es lo que a veces oyen constantemente en sus casas y llegan a convencerse de que es así. Es triste cuando algunos padres las traen al centro para ver si podemos hacer algo con ellas, porque dice: no sirve para nada, estas, a veces, son las que más aprovechan. Esto nos anima y empuja a seguir buscando a estas jóvenes para, en lo posible, poderles dar la dignidad que merecen, son niñas muy agradecidas”.