El Año Jubilar de Covadonga está dando la oportunidad de conocer historias singulares que tienen a la Santina como protagonista y que en esta ocasión sucede en Chile.
En los años ochenta un grupo de cazadores, entre los que se encontraban varios asturianos afincados en Chile, realizaban su habitual visita al pueblo de Choshuenco, de unos mil habitantes, que está situado en la región de Valdivia, al sur del país. Situado a orillas del lago Panguipulli y cerca del Pirihueico, a esta zona se la conoce como la “Región de los lagos”.
Durante su estancia allí, se les acercaron un grupo de señoras que les pedían ayuda para poder hacer frente a los gastos de mantenimiento de la capilla del pueblo. Interesándose por su situación comenzaron a preguntarles más detalles sobre qué advocación tenía la capilla, y el hecho era que ni siquiera tenían una imagen que colocar en ella. Así, se pensó en la posibilidad de encargarse entre todos de los gastos, y que esta se dedicase a Nuestra Señora de Covadonga. De este modo, se planteó la idea y tuvo aceptación por parte del pueblo. Se solicitaron todos los permisos pertinentes y en 1997 llegaba a Choshuenco la primera imagen de la Santina.
Un grave problema surgió cuando en 2010 la capilla, que no se encontraba en buen estado de conservación, sufrió las consecuencias del gran terremoto que se vivió en Chile en febrero de ese año. Pero aquel grupo de asturianos no dejó solas ni a la comunidad ni a la Santina y recaudaron fondos para llevar a cabo el proyecto de tirar la vieja estructura que quedaba y hacer una completamente nueva. En ese sentido ayudaron también familias de la zona, con gran tradición de explotación maderera, que donaron la materia prima necesaria.
El 29 de abril de 2018 llegaba finalmente el gran día de la inauguración de la nueva capilla. Todo el pueblo se volcó con la celebración y a ellos se unieron los asturianos llegados de distintas zonas que festejaban así que su patrona tenía también un lugar reservado para ella en el país que les acoge. La ceremonia de consagración fue oficiada por el obispo de Villarrica, Francisco Javier Stegmeier, Alejandro Gutiérrez y el padre Juan, párroco y vicario de Panguipulli respectivamente y el padre Alfredo Calvo, párroco del estadio español de Santiago. Tras la misa la Santina salió, llevada a hombros por los asturianos, en procesión por el pueblo .
Vinculación con la tierrina
Esta historia de cómo la Santina llegó a tener una capilla en Chile la conoce bien Nel Melero, un asturiano que pasa temporadas en el país, y que ha podido compartir con sus protagonistas y acercarse a Choshuenco. “El pueblo está a 900 kilómetros de Santiago de Chile. Cada puente de 1 de mayo van allí y tardan más en llegar en autobús desde la capital que mi último viaje desde allí a Asturias”, comenta para hacerse idea de la distancia, teniendo en cuenta que esto supone un vuelo de doce horas.
Pero nada se pone por delante de los asturianos que tuvieron que emigrar en su momento y que siguen mirando con añoranza a su tierra de origen, y teniendo muy presente la devoción por la Santina que siempre les acompaña. “Siguen teniendo mucha vinculación con Asturias y la Virgen de Covadonga representa mucho para todos ellos. De hecho cuando vuelven a Asturias si no hacen la visita al Santuario es como si no hubiesen venido, es parada obligada”, explica Nel.
Un grupo de personas con una edad elevada, pero que sigue transmitiendo a las nuevas generaciones las tradiciones y cultura de Asturias para que no se pierdan y que destacan, en esta tarea, por “la pasión que le ponen, lo viven”, explica Nel. Así, desde tan lejos, siguen manteniendo muy vivas sus raíces, entre ellas su gran devoción a la Virgen de Covadonga.