Un grupo de integrantes del proyecto «La Luz de las Niñas», impulsado por la ONG de los jesuitas Entreculturas, se encuentra estos días visitando diversos lugares de España para dar a conocer su labor y la realidad en la que viven, tras reunirse, el pasado 16 de enero, en Ginebra, con el Grupo de Trabajo sobre la Discriminación de Mujeres y Niñas de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Esta reunión supuso una oportunidad histórica para que las niñas, procedentes de países africanos e hispanoamericanos, pudieran alzar sus voces ante la comunidad internacional y denunciar las numerosas situaciones de violencia a la que se ven expuestas en distintos contextos.
Maimouna Kolate, junto a Laura Lora, de Entreculturas
Maimouna Konate, responsable de proyectos del Servicio Jesuita de Refugiados en el Chad, está en Asturias y en declaraciones a esta Delegación de Medios, explicó que la reunión mantenida el pasado 16 de enero en Ginebra «ha sido muy importante porque nos permitió contar los problemas que las niñas tienen, concretamente en el continente africano, como el embarazo precoz, la mutilación genital, la discriminación en la escuela y toda la lucha cotidiana que afecta a las niñas en estos países».
Para intentar paliar esta situación, desde «La luz de las Niñas» trabajan «acompañando a las niñas, realizando reuniones para ellas, explicándoles cuáles son sus derechos, que aprendan a apoyarse las unas a las otras», al tiempo que les proporcionan becas para la escolarización y realizan actividades de sensibilización en las comunidades. «Leer y escribir es para ellas fundamental, para poder conocer sus derechos y luchar por ellos», explica Maimouna.
«La Luz de las Niñas» trabaja desde hace más de una década para visibilizar y combatir las violencias que sufren niñas y adolescentes en países de África o Hispanoamérica. Esta reunión que acaba de tener lugar en Ginebra es el resultado de un proceso iniciado en el año 2022, en el que más de 100 niñas de 10 países participaron en talleres locales y globales, compartiendo sus experiencias y elaborando propuestas concretas para enfrentar problemas como el matrimonio infantil, la violencia en el hogar, el abuso y la explotación sexual o la mutilación sexual femenina.