«La Iglesia en Cuba está llegando a las personas, ofreciendo un mensaje de esperanza»

Publicado el 15/11/2024
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«La Iglesia en Cuba está llegando a las personas, ofreciendo un mensaje de esperanza»

Glaisys Carbonell es cubana, lleva diez años viviendo en España y actualmente trabaja en la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada, que apoya a comunidades cristianas en 140 países, especialmente allí donde sufren pobreza, discriminación y persecución. Esta institución, además, ha lanzado recientemente una campaña de Ayuda a la Iglesia en Cuba “La Iglesia en Cuba, donde contigo nada es imposible”, con el propósito de apoyar la gran labor evangelizadora de la Iglesia en la isla, en medio de la difícil situación del país.

Recientemente ha visitado Asturias, para participar en varias conferencias sobre la realidad de la Iglesia en Cuba. En esta entrevista nos cuenta cómo es la situación allí.

¿Cómo está la situación de los cristianos en Cuba ahora mismo?
Bueno, los cristianos en Cuba están viviendo un momento importante. Es un momento de una situación económico-social muy difícil pero al mismo tiempo es un momento en el que Jesucristo está siendo su única esperanza. La Iglesia está llegando a todo el cubano, está ofreciendo un Primer Anuncio en muchos casos y la gente se está abriendo, está abriendo sus corazones a recibir la Palabra de Dios, con muchas dificultades, pero está abriendo las puertas a los sacerdotes, a los misioneros, a las religiosas y a los laicos, sobre todo los laicos que son esa fuerza arrolladora de la Iglesia en Cuba, que les están acompañando, que les están cuidando, que les están ayudando y que al final pues son gestos que anuncian a Jesucristo por si solos.

¿Cuál es el papel de la Iglesia dentro de la sociedad cubana?
La Iglesia en Cuba está anunciando a Jesucristo contra todo pronóstico y a pesar de las dificultades. Tiene muy pocos sacerdotes, son 374 presbíteros para 11 diócesis. Están apoyados por misioneros que dejan todo en sus países y vienen a apoyar a la Iglesia en la isla, pero sobre todo, esa Iglesia está sostenida por los laicos, que son el pilar de la Iglesia sin duda. Son cubanos que han dicho sí a ese a ese llamado de Jesucristo para anunciar su Palabra y están llegando a los rincones más inaccesibles de la isla. Por eso el papel de la Iglesia hoy en Cuba es tan importante, porque en medio de una situación que es bastante difícil, de muchas carencias –una situación de la que no escapa la Iglesia, la Iglesia también tiene muchas carencias, sobre todo para su trabajo pastoral–, pues está llegando al cubano de a pie para acompañarles, sobre todo para que su norte sea Jesucristo, que no abandona. Jesucristo ha tenido un camino de Cruz, que es también el camino de Cruz que está teniendo ahora el cubano, pero al final hay una resurrección, hay una esperanza. Y en esa esperanza que transmite la Iglesia, están sostenidos los cubanos. Las religiosas y los laicos están en comunidades donde no hay un sacerdote permanentemente y son ellos, los laicos y las religiosas, quienes celebran la Palabra, bautizan, tienen los encuentros de matrimonios, de catequesis y los laicos se están desviviendo tanto por la Iglesia que incluso dejan sus propias casas. Así, en lugares donde no hay templos y ante la falta de sacerdotes y de vocaciones, los laicos están dejando sus casas como centro neurálgico de la fe. Abren sus casas, las visten con sus mejores galas, desde la humildad, para que ese laico venga y se pueda compartir la Palabra, para que se puedan dar las catequesis, son las casas de misión.
Por ejemplo, está la de Rosa, que es una mujer que vive en Camagüey y su casa es desde hace casi diez años casa de misión. Pero están también esos laicos comprometidos como Jorge, que es diácono y que está encargado de muchísimas comunidades y va aquí y allá también anunciando a Jesucristo. Él ha tenido la oportunidad de emigrar y no lo ha hecho porque su opción ha sido por la Iglesia en Cuba.
Yo me acuerdo, cuando vivía en Cuba, que los fines de semana nuestro grupo de jóvenes nos organizábamos y nos íbamos a la misión, a esas comunidades lejanas, muchas sin electricidad, de muy difícil acceso. No teníamos ni siquiera transporte, nos íbamos a veces con religiosas, a veces con un sacerdote, de acuerdo a cómo nos planificáramos y llegábamos hasta esa comunidad y nos recibían con tanta alegría. ¡Era una fiesta! Recibir a un sacerdote, a un laico, a una misionera es una auténtica alegría para las comunidades en Cuba y esa es la fe que se está viviendo. Una fe que, a pesar de todas las dificultades, es una fe alegre porque está sosteniendo al pueblo cubano y por eso desde Ayuda a la Iglesia Necesitada queremos ayudar a esa evangelización en Cuba, a esa Iglesia que es misionera, una Iglesia en salida, no es una Iglesia que está en los templos esperando que venga el fiel, no, sino que sale a su encuentro y que le dice “la Iglesia está contigo, Jesucristo está contigo”.

¿Cómo están las vocaciones?
La verdad es que es uno de los retos de la Iglesia en Cuba. Hay muy pocas vocaciones, algo que se debe, entre otras cosas, a la falta de material formativo, que es una de las misiones de Ayuda a la Iglesia Necesitada, dotar a la Iglesia de material para esa formación vocacional pero también para esa formación después de que que dan el sí, a ese llamado vocacional. Hay muy pocos seminaristas, hay muy pocas vocaciones a la vida religiosa, pero las que hay son fieles, son auténticas y luego salen con ese fervor para comerse el mundo en nombre de Jesucristo, y es lo que estamos apoyando nosotros, a los que se están formando en los seminarios y que luego serán el futuro de la Iglesia Cubana.

¿Cómo es la actitud del gobierno y su relación con la Iglesia?
En Cuba hay una Oficina de Asuntos Religiosos que de alguna manera gestiona los aspectos de la vida religiosa y en estos momentos hay mucho diálogo con la Iglesia Católica. Eso está permitiendo a la Iglesia hacer cosas. Está permitiendo llegar a la gente, acompañarla, ayudarla. La Iglesia de Cuba es una Iglesia que se reinventa, que aprovecha cualquier resquicio para colarse, para ayudar, para anunciar. Y esa es la situación que tenemos ahora. Es una Iglesia que va avanzando poquito a poco, con cautela, pero que está llegando, que hace unos años no era así.
Ahora mismo la labor pastoral en Cuba está teniendo un “sí”. Está llegando a muchos lugares, de hecho ya se están dando las autorizaciones para realizar las procesiones por ejemplo el Día de la Virgen de la Caridad, nuestra patrona, que fue el 8 de septiembre y que nos llegaban muchísimas fotos de esas procesiones, y no estamos hablando de grandes procesiones como las de España, hay procesiones en una bici con una imagen pero igualmente la gente lo vive con mucha devoción, con mucha fe.
Y la Virgen de la Caridad es esa Madre que abre muchísimas puertas en Cuba. Incluso en aquellos que no son católicos, pues en Cuba hay mucha influencia de religiones afroamericanas. Cuando vas con una imagen de la Virgen de la Caridad, yo soy testigo de ello, nosotros hemos hecho misión y en esas casas, cuando nos ven, por ejemplo, con una camiseta de la Virgen,  nos abren las puertas. Así que es María la gran intercesora en Cuba en estos momentos.