Vicente Altaba estuvo en Asturias con motivo de la Semana Social de La Felguera, que tuvo que ser suspendida, a la mitad, por la emergencia sanitaria, pero Esta Hora pudo entrevistarle y conocer los detalles de su conferencia que se centró en las aportaciones más importantes del Papa Francisco al compromiso caritativo y social.
¿Cuáles son esas aportaciones en su opinión?
La primera de ellas es el redescubrimiento del pobre y de su lugar en la vida de la Iglesia: el pobre no solo mirado como destinatario de la acción caritativa y social, sino como sujeto activo y provocador para nuestra propia conciencia. Otra es situar la acción caritativa y social en la matriz de una Iglesia Evangelizadora, como una dimensión sustancial y fundamental. Por otro lado, la promoción del desarrollo humano integral y sostenible, insistiendo en esto último que es una de las aportaciones más interesantes y novedosas de este Papa. Además de dar directrices muy concretas de la acción caritativa y social aplicables cada día, este Papa no se queda en grandes principios. Otra línea que es destacable es la defensa tan decidida de los migrantes, refugiados y víctimas de la trata.
Y por último hay dos más para el interior de la Iglesia: el insistir en que el compromiso de la Iglesia y todo lo que implica solo es posible desde una profunda espiritualidad, un espacio interior que dé sentido al compromiso. Y eso último llevado a sus últimas consecuencias nos hace descubrir que el compromiso es un camino privilegiado de santidad.
El Papa Francisco insiste mucho en que seamos cercanos a las personas necesitadas.
Debemos descubrir que el pobre tiene un lugar en la vida de la Iglesia y que por lo tanto tenemos que darle espacio, escucharlo. No solo se acerca a nosotros para que le preguntemos qué necesita; va más allá, nos evangeliza, nos cambia y nos tiene que ayudar a mirar la vida desde su lugar. Ese concepto del que el Papa habla tanto, las periferias y salir a ellas, que no se entiende a veces, significa situarnos en el lugar del pobre: en su posición social y cultural. Y desde ahí analizar la realidad y mirar nuestra propia vida. Si lo hacemos, la mirada, los criterios, las estrategias cambian, incluso hasta nuestro modo de vivir. Te ayuda a hacer un análisis que va más a la raíz de los problemas para incidir en los cambios necesarios en las estructuras.
Habla de un cambio de mirada.
Sí, una mirada contemplativa. No mirar solamente desde el punto de vista de lo legal, económico, de la seguridad nacional que es lo que a veces hacemos con los refugiados, migrantes, víctimas de la trata o los llamados irregulares. Hay que hacerlo también desde ahí, pero sobre todo con esa otra mirada y en este caso desde el punto de vista de la fe, que va a su realidad más profunda, en su dignidad de hijos de Dios, de miembros de la familia humana. Desde la fe la vida adquiere otra dimensión y la dignidad de las personas se magnifica y se clarifica.
Vemos que son personas que tienen los mismos derechos que yo a vivir y así cambiarán las repuestas para, a partir de ahí, acoger y acompañar.
Usted fue delegado de Cáritas España, ¿es esta la mirada que los guía?
Este mensaje es plenamente acogido en Cáritas, muy iluminador y la gente lo vive. La acción caritativa y social no la podemos entender como una primera asistencia, eso es el mínimo, consiste en acoger al pobre y poder defender sus derechos, intentar que se le dé, no lo nuestro, lo que es suyo porque le pertenece. Mirada así la caridad consiste en defensa de derechos y darle al otro lo que le pertenece, en clave de comunidad. Esto adquiere una dimensión que afecta a los cambios estructurales, a una promoción integral de la persona y esas cosas no se hacen de un día para otro. En Cáritas estamos avanzando en esto cada día más, haciendo menos caridad asistencial y más promocional para ofrecer al pobre espacios donde se sienta capacitado, digno y que se le ofrezca posibilidad de ser él mismo. A nadie le gusta que le den cosas, a todos nos gusta ganárnoslas por méritos propios. En 2007 cuando llegué a Cáritas en uno de los primeros consejos, cuando empezaba a apuntar la crisis que se fija en 2008, uno de los grandes debates que tuvimos fue si íbamos a dar alimentos o no porque se pensaba en una Cáritas más promocional, de promover a la persona.
Al llegar la crisis, esa decisión cambió porque cuando la gente se muere de hambre, saca comida de la basura… a esa gente hay que darle de comer y después hacer todo lo que podamos para promover su desarrollo.
Cáritas investiga, pide informes, te sienta y quiere hablar con cada uno para ver la forma de ayudarles. No se trata de simplemente tapar el agujero de sus necesidades, se pretende potenciar sus propias posibilidades y contribuir a su desarrollo. Ver al otro no únicamente como un sujeto de necesidades, sino de posibilidades.
Animo a todos los cristianos a que descubran que Cáritas no es una ONG más y no es optativa para un cristiano o en una parroquia. Cáritas es la caridad organizada de la comunidad cristiana y por lo tanto es la caridad de la comunidad que cuida la fe, que la celebra y que la practica.
El carné que tenemos de Cáritas todos los cristianos es nuestra partida de bautismo.