José Manuel Horcajo, párroco de San Manuel Nonato, en Vallecas: «En la parroquia la gente encuentra una casa abierta donde poder estar»

Publicado el 09/05/2025
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José Manuel Horcajo, párroco de San Manuel Nonato, en Vallecas: «En la parroquia la gente encuentra una casa abierta donde poder estar»

Este jueves se celebró, en Covadonga, la festividad de San Juan de Ávila, patrono del clero secular español. Los sacerdotes de la diócesis se dieron cita a primera hora en el Santuario para asistir a la conferencia del párroco de San Ramón Nonato, en el barrio de Vallecas (Madrid), José Manuel Horcajo Lucas, quien habló sobre la esperanza y el sacerdocio. A continuación celebraron juntos la eucaristía en la Basílica y finalizaron la jornada compartiendo una comida fraterna.

El párroco de San Ramón Nonato, encargado de la parroquia vallecana desde el año 2004, es conocido por el despliegue de su actividad y la gran afluencia de personas que visitan el templo y participan en sus numerosas iniciativas, entre ellas, el Comedor de San José, que ofrece centenares de comida al día. Hemos hablado con él en la siguiente entrevista:

Una de las cosas que más llaman la atención cuando se comienza a conocer la parroquia de San Ramón Nonato, en Vallecas, es el hecho de que permanece abierta prácticamente todo el día, desde primera hora de la mañana hasta las nueve de la noche. ¿Por qué tomó esta decisión?
Bueno quizá un poco por locura, porque es un poco audaz, en este mundo es tan difícil, pero yo quería que la gente pudiera acercarse al Señor y el Señor a la gente y dejar que el Señor haga sus cosas con cada uno de los que se acercan. Muchos se acercan como una especie de imán, el Señor es una especie de imán y la gente se acerca, porque además está el Santísimo expuesto todo el día y la gente a veces se acerca a llorar, a rezar, otros a cargar el móvil o incluso a dormir incluso, pero encuentran una casa abierta donde poder estar. Y allí suceden cosas, el Señor abre sus corazones y nosotros también estamos muy atentos a poder escucharles y la verdad es que la gente necesita que alguien le escuche, que alguien le preste atención y poder abrir su alma.

Es una parroquia llenísima de vida con multitud de grupos. Y se hace gran  hincapié en la Pastoral Familiar, que parece como el pilar de todo.
Sí es como el eje central, como el tronco o la guía. Porque el Señor nos ha llamado en familia y nosotros somos la familia de la Iglesia. Todas las actividades tienen un sabor familiar, se reúnen los grupos de padres o de madres siempre a la vez que los grupos de los niños, entonces van todos juntos, de la mano, a horarios que sean fáciles para poder dejar a los niños y luego recogerles. Y todas las actividades que tenemos como excursiones, convivencias etc. tienen a la familia como el centro. Así vienen todos encantados. También hacemos la visita familiar, por otro lado, que es un momento muy especial porque se bendice la casa, se sienten acogidos, hablan, conversan y ya digamos como que la parroquia está dentro de su casa, ya son parte de la parroquia.

José Manuel Horcajo

Si tuviera que describir las problemáticas fundamentales de la zona en la que está situada la parroquia, ¿cuáles diría que son?
La vivienda es el problema fundamental, porque viven de cualquier manera, se meten en una misma habitación cuatro personas diferentes, familias enteras en una sola habitación con una sola cama. Como no  tienen dinero para pagar alquileres a veces piden nóminas o avales o van realquilando unos a otros y sus situaciones son muy precarias, viven muy ajustados y eso hace también que no tengan acceso a la cocina, por eso tenemos el comedor social, porque muchos ni siquiera pueden cocinar o guardar cosas en la nevera ya que, aunque a veces les salgan algunos trabajitos, todo el dinero se les va ya solo con pagar el alquiler y por eso vienen muchos al comedor social para poder comer tranquilamente y sin esas angustias ni agobios. Además, los niños en esos ambientes no pueden estudiar, no tienen espacios donde poder hacer los deberes y por eso vienen a la parroquia a hacer los deberes y unos voluntarios les ayudan.

Iba a preguntarle precisamente sobre ese comedor social, el comedor de San José.
Sí, comen cada día 200 personas en diversos turnos, porque no es muy grande. Tiene sabor de hogar, de familia, no es muy grande para que se sientan a gusto y muy bien acogidos. Y la verdad es es como un comedor de esperanza. Porque las personas que aquí tienen la esperanza de salir adelante, de mejorar las situaciones, porque les ofrecemos convivencias, encuentros, grupos formativos y también sanación de heridas. Y claro, la gente viene no solo con un problema económico, sino con un problema familiar, unas heridas del pasado que les hacen estar muy decaídos, muy deprimidos. Entonces aquí se levanta la esperanza, además pueden ayudar. Nuestro comedor especialmente lo llevan ellos, ellos son los protagonistas, no solo vienen a que les den de comer, sino que ellos son protagonistas y son responsables y se van haciendo cargo de las cosas y eso les ayuda mucho, el poder sentirse útiles, válidos y que la gente les agradezca, les hace sentirse como en primera persona y eso levanta mucho la dignidad de las personas.

¿Cómo viven ellos su fe?
Los pobres tienen una forma de pensar diferente a la que nosotros creemos habitualmente. Hay muchas personas que dicen: «Yo no creo en Dios porque permite que haya mucha hambre en el mundo». Pues ellos tienen una mentalidad diferente. Dicen: «a mí me ha ido muy mal, nadie me ha ayudado, todo el mundo me ha dejado tirado, solo me ha ayudado Dios». Su mentalidad en general es que sienten muy acompañados, muy ayudados por Dios a pesar de que lo han pasado muy muy mal. Entonces ellos sienten una presencia muy cercana de Dios y por eso cuando les hablamos de Dios y les ofrecemos ayuda espiritual se sienten muy agradecidos porque para ellos está todo conectado y entonces son muy muy agradecidos a Dios y por eso les gusta porque no sólo se llevan un plato de comida sino que se llevan a Dios en su corazón.

Bueno, ya para terminar y al hilo un poco del título de esta conferencia que ofreció el jueves en Covadonga, quisiera que nos contara cómo se enfrenta a estas situaciones un poco límite, día tras día.
Sí, hay que convencerse de que no puedes arreglar todos los problemas, porque si te empeñas en arreglar todos los problemas que te plantean, entonces sí que te deprimes pues es imposible. Pero lo que en sí confías es que el Espíritu Santo saca adelante a las personas, entonces les ayudas a abrirse a la presencia de Dios y te das cuenta que ellos mismos, mirando en su interior, descubren la fuerza del Espíritu Santo y las cosas van saliendo adelante. Entonces no se trata de que tú resuelvas nada, sino que tú les hagas mirar a quien puede resolver las cosas que es el Espíritu Santo.