Al finalizar las Fiestas de Pascua la Iglesia nos invita a celebrar, ya en el Tiempo Ordinario varias fiestas del Señor que nos van revelando la misma vida de Cristo. Una de ellas es la que celebraremos el próximo viernes 8 de junio, la Fiesta del Sagrado Corazón.
La devoción al Sagrado Corazón se remonta a los primeros tiempos de la Iglesia cuando se meditaba sobre el costado abierto de Cristo del que salió sangre y agua; aunque no será hasta el siglo XVII cuando se extenderá esta devoción después de que Jesús se apareciera a Santa Margarita María de Alacoque.
Dos, pues son los actos esenciales de esta devoción: amor y reparación. Amor, por lo mucho que Él nos ama. Reparación por las muchas ofensas que recibe.
Hay quien podría pensar que la devoción al Sagrado Corazón es algo trasnochado, propio de otras épocas, pero ya superado en el momento actual. Sin embargo, los últimos Papas han querido relanzar y actualizar esta devoción y llenar de contenido teológico y espiritual la devoción que el Pueblo de Dios quiere tributar al corazón misericordioso y bondadoso de Cristo.
Cómo sabéis en el año 2014 el Papa Francisco aprobaba el documento “Un camino con Jesús en disponibilidad apostólica” que conllevaba un cambio en la denominación del Apostolado de la Oración pasando a llamarse Red Mundial de Oración del Papa. En este documento se nos invita a hacer un itinerario con tres momentos de oración al día para adentrarnos en el sentido de pertenencia a esta red mundial y desde ella resaltar el sentido de pertenencia a la Iglesia y su misión pidiendo por las intenciones del Papa antes los desafíos del mundo. Y en este año 2018 aprobaba los nuevos Estatutos.
También este año en la diócesis la parroquia de San Martín celebra los 100 años y la parroquia de San Román de Candamo celebra los 75 años de la constitución en las mismas de un grupo del Apostolado de la Oración.
Os invito y animo a que el domingo 10 de junio nos acerquemos al Monte Naranco para celebrar la Eucaristía a las 12, como se viene haciendo desde hace 37 años ininterrumpidamente, junto al monumento al Sagrado Corazón que se construyó con la aportación de muchos fieles y que contiene tierra de todos los concejos del Principado.