Celebración del 25 aniversario de la canonización de los Mártires de Turón

Publicado el 22/11/2024
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Celebración del 25 aniversario de la canonización de los Mártires de Turón

El 21 de noviembre del año 1999 eran canonizados, en Roma, por san Juan Pablo II, los primeros mártires de la persecución religiosa en España del siglo XX: los Santos Mártires de Turón. Se cumple estos días por tanto el 25 aniversario de su canonización y con este motivo desde el miércoles se está celebrando en la parroquia de San Martín de Turón un Triduo de Oración, con la presencia de varios sacerdotes invitados como el Delegado Episcopal para las Causas de los Santos, Marcos Argüelles; o el Provincial de los Pasionistas en España, el padre Juan Manuel Benito Martín o el rector y la comunidad del Seminario. El sábado, 23 de noviembre, el Arzobispo de Oviedo Mons. Jesús Sanz Montes, clausurará estos días con la celebración de la eucaristía a las 12 del mediodía.

Inauguración de la Capilla de los Mártires de Turón

Hay que recordar que los Mártires de Turón no eran asturianos. Se encontraban, no obstante, trabajando en el colegio Nuestra Señora de Covadonga, de Turón, en el caso de los ocho Hermanos de La Salle y ejerciendo su ministerio sacerdotal en Mieres, en el caso del padre Inocencio de la Inmaculada. Son, por tanto, nueve mártires los que fueron asesinados por odio a la fe en la revolución de octubre de 1934. «Los hermanos de La Salle no eran sacerdotes –explica José Javier Alumbreros, párroco de la UP de Turón–. Por tanto, tenían que llamar a un sacerdote para celebrar la eucaristía y, en ese primer viernes de mes, invitaron al padre pasionista Inocencio de la Inmaculada, que vino desde Mieres. Estando allí, llegaron los revolucionarios y, después de llevarlos a la Casa de Pueblo, convertida en prisión en aquellos momentos, en la madrugada del 9 de octubre fueron fusilados en el cementerio de Turón».

Son muchos los declarados mártires por la Iglesia pertenecientes a aquella época de persecución religiosa en España, pero no son tantos los canonizados. Ellos fueron los primeros, en una causa que incluyó, además del padre pasionista Inocencio de la Inmaculada, y a los ocho hermanos de La Salle que se encontraban en Turón, a otro religioso de La Salle, que fue asesinado en 1936 en Tarragona.

El recuerdo de sus vidas y su entrega permanece en la zona. «En el pueblo de Turón se les tiene mucho cariño a nuestros mártires –reconoce su párroco–. Cuando, en el año 2014, se hicieron obras en la parroquia, se quiso que una de las partes del ala izquierda del crucero se dedicase a los mártires. Preside allí un cuadro grande de Juan Luis Varela, natural de Turón, que dedicó a los nueve y hay también una urna con reliquias suyas. Ahora, diez años después, hemos querido también que la pequeña capilla de diario que hemos construido en los salones parroquiales de San Martín estuviera dedicada a los Mártires. Tenemos un pequeño relicario con algunos de sus restos y queremos que se llame así: capilla de los mártires, porque queremos que, desde Turón, se conserve este cariño que tenemos a estos primeros canonizados de la persecución religiosa, testimonio del martirio por Cristo».

Cuadro y reliquias de los Mártires, en San Martín de Turón

¿Quiénes eran los Mártires de Turón?

San Cirilo Beltrán (46 años)
Nacido en Lerma (Burgos), en 1888, de familia de trabajadores humildes. A los 17 años ingresó en la casa de estudios de los Hermanos de La Salle, en Bujedo. En el año 1909 recibió la orden de comenzar a dar clase y fue destinado a Deusto. Tuvo distintos destinos hasta que, en 1933 fue destinado a Turón como Director del Colegio de Nuestra Señora de Covadonga. Llevaba un año de director cuando estalló la revolución.

San Marciano José (33 años)
Nacido en El Pedregal (Molina de Aragón – Guadalajara) en 1900. Sus padres eran labradores. Conoció a los Hermanos de La Salle por su tío, el Hno. Gumersindo, enfermero en Bujedo y se animó a ir con él. A pesar de que era brillante en los estudios, una infección de oídos le dejó casi sin poder oír, por lo que tuvo que regresar a su hogar. Regresó a Bujedo pero, al no poder dedicarse a la docencia, pasó su vida en trabajos de ayuda a todos los hermanos con los que vivió. Fue trasladado a Turón en 1934 para sustituir a un hermano que decía tener miedo del lugar. No llegó a cumplir seis meses en su nuevo destino.

San Julián Alfredo (31 años)
Nacido en Cifuentes de Rueda (León), de familia humilde, su tío sacerdote le orientó hacia los frailes capuchinos de León. Sin embargo, por problemas de salud tuvo que regresar a su hogar y a los 22 años decidió volver a intentar la vida religiosa e ingresó en el Noviciado de los Hermanos de La Salle, en Bujedo, con 22 años. Hizo sus votos perpetuos en 1932 y en 1933 fue destinado a Turón.

San Victoriano Pío (29 años)
Nacido en San Millán de Lara (Burgos) en 1905, de familia de labradores. Llegó al noviciado de Bujedo con tan solo 13 años. Pasó la mayor parte de su labor como Hermano de La Salle en el Colegio La Salle de Palencia. Comenzado el curso de 1934 recibió la orden de trasladarse a Turón, porque había que atender a la clase de los mayores, que se había quedado sin profesor.

San Benjamín Julián (25 años)
Nacido en Jaramillo de la Fuente (Burgos) en 1908, tenía tan solo 11 años cuando se quedó prendado de los proyectos de vida que les propuso en el pueblo un Hermano de las Escuelas Cristianas que pasó por su escuela, invitando a los alumnos a ser educadores cristianos. No se admitían en Bujedo niños tan pequeños, pero con él hicieron una excepción. Hizo sus estudios para ser profesor y comenzó dando clase en Santiago de Compostela. En el verano de 1933 fue destinado a Turón.

San Augusto Andrés (24 años)
Nacido en Santander, en 1910, desde muy pequeño frecuentó la Escuela de San José, llamada del Círculo Católico, que los Hermanos de La Salle llevaban en esa ciudad. Con 12 años fue a Bujedo y terminó su formación en el verano de 1929. Fue destinado al Colegio Nuestra Señora de Lourdes, en Valladolid, pasó también por Palencia, donde cumplió con el Servicio Militar, y en el año 1933 fue destinado a Turón.

San Benito de Jesús (24 años)
Nacido en Argentina, de padres burgaleses. Regresaron pronto de Argentina pues la vida no resultó tan halagüeña como esperaban y regresaron a Briviesca. Ingresó en Bujedo con 12 años. Los estudios le fueron bien y cuando pidieron voluntarios para ir a la casa de Bélgica, se ofreció. Regresó en 1935 para ingresar en el noviciado. Estudió Magisterio y fue destinado al colegio de Astorga. Fue destinado a Turón en el verano de 1933.

San Aniceto Adolfo (22 años)
El más joven de los Santos Mártires de Turón. Tenía 21 años cuando llegó a la escuela del valle minero y cumplió 22 el mismo día en que estallaba la revolución. Nació en Celada Marlantes, en la frontera entre Cantabria y Castilla. De su casa, fueron al noviciado de los Hermanos de La Salle él y dos hermanos más. Entró en el noviciado en 1928. Al terminar sus estudios fue primero destinado al colegio de Nuestra Señora de Lourdes, en Valladolid. Allí pasó un año y posteriormente fue destinado a Turón, en 1933.

San Inocencio de la Inmaculada (47 años)
Nacido en Santa Cecilia y San Acisclo (Lugo). Con 15 años decidió comenzar su formación religiosa con los padres Pasionistas y realizó su formación religiosa en Peñafiel (Valladolid) y después en Deusto (Vizcaya). Fue ordenado sacerdote en 1913 y se dedicó a la docencia. Cuando llegó a Mieres, había allí una comunidad de 29 religiosos. Recibió el encargo de atender clases de Filosofía y diversas tareas pastorales en la región. por eso se había ofrecido a ir a Turón, aunque voces amigas le habían recomendado no moverse de casa esos días.

(Fuente «Santos Hermanos Mártires de Asturias y Hno. Jaime Hilario». Hno. Pedro Chico González)