El pasado 23 de mayo el Papa Francisco aprobaba un milagro atribuido a la intercesión del beato Carlo Acutis, un adolescente italiano fallecido en el año 2006, con tan solo 15 años, y beatificado en octubre del año 2020.
Antes incluso de su beatificación, en el año 2019, cuando ya era «Venerable» y su nombre comenzaba tímidamente a sonar a través de los medios de comunicación, la exposición sobre Milagros Eucarísticos que el propio Carlo Acutis llegó a diseñar siendo apenas un niño, llegó a nuestra diócesis. Según la persona que tuvo la iniciativa de traerla hasta la Catedral de Oviedo, Marta Riol, su venida fue «providencial, como todo lo que ha sucedido con esta exposición». Fue a través del portal Religión en Libertad cuando leyó, por primera vez, que la Catedral de Toledo acogía la exposición de los Milagros Eucarísticos, creada por Carlo Acutis. «Empecé a leer esa noticia, comencé a darme cuenta de la profundidad de este chico y quedé tocada», explica la propia Marta. «Entonces le comenté esta noticia a Don Benito, el Deán de la Catedral, le dije que me parecía una maravilla y que por qué no la traíamos a la Catedral de Oviedo». Para contar con la exposición en el interior del templo, el Cabildo tuvo primero que aprobarlo, cosa que hizo unánimemente. «Era toda una aventura –explica Marta–. Nunca se había llevado a la Catedral una exposición que, además tenía que ser gratuita, y que cumpliera el requisito de que pudiese acceder la gente a ella sin tener que hacer la visita a la catedral. Pero cuando las cosas son de Dios, todo sale adelante y lo cierto es que fue fantástico».
La exposición se instaló finalmente en el ala izquierda de la Catedral y en dos capillas, la de Santa Eulalia de Mérida y la de los Vigiles. Y durante los 21 días que estuvo abierta al público, se hacía un recorrido catequético en el que se explicaba quién era Carlo Acutis, por qué había diseñado él mismo la exposición y se daba a conocer su vida. También se explicaba qué era un Milagro Eucarístico y cuáles eran los principales que había en el mundo, insistiendo en que, los que estaban documentados en la exposición, eran los que la Iglesia había aprobado oficialmente. Y es que, tal y como explica Marta Riol, «Hay muchos fenómenos eucarísticos, pero no todos están reconocidos. De hecho, Carlo Acutis se había dedicado a viajar junto con sus padres recorriendo los lugares en donde se habían producido estos milagros. Y de ahí él hizo todo un estudio y realizó esta exposición», que puede visitarse también virtualmente aquí.
Carlo Acutis había nacido en una familia que no era especialmente religiosa. De hecho su madre ha explicado alguna vez que ella había ido a misa en unas tres ocasiones en toda su vida. «Sin embargo él, cuando hizo su Primera Comunión, quedó tocado por un amor impresionante a la Eucaristía –explica Marta–. Desde entonces iba todos los días a misa y, antes o después de la Eucaristía, hacía un rato de Adoración. Él decía que al estar ante Jesús Eucaristía, «uno se convierte en santo», y decía también que “el infinito es nuestra patria, desde siempre nos esperan en el cielo” y que “estar siempre unido a Jesús, este es mi proyecto de vida. Vivir con Jesús, para Jesús y en Jesús”. Por eso, cuando fue diagnosticado con una leucemia fulminante, les dijo a sus padres, cuando entró en el hospital, que sabía que no iba a salir ya. Y dijo que quería ofrecer sus sufrimientos por el Papa y por la Iglesia, porque quería ir directamente al cielo sin pasar por el purgatorio».
Cinco años más tarde de aquella exposición de los Milagros Eucarísticos de Carlo Acutis, que poco después fue beatificado y en breve será reconocido como santo, su recuerdo permanece en la Catedral. Y es que, durante aquellas tres semanas, se decidió realizar una Hora Santa los viernes, intentando llevar a la práctica «el mensaje de Carlo Acutis, de tener un encuentro con Jesucristo en la eucaristía», explica Marta Riol. «Aquella exposición dejó un poso especial en todo el mundo, y muy concretamente en los que colaboramos con ella. Porque yo era la coordinadora –explica–, pero hubo mucha gente que, anónimamente, nos dio su tiempo, su esfuerzo y hasta su dinero para poder llevarla acabo. Y todos quedamos tocados, a todos nos dio un amor mucho más grande hacia Jesucristo en la Eucaristía. Él nos dejó un mensaje, y es que todos estamos llamados a la santidad, y que Jesucristo está realmente en la Eucaristía y nos espera en la Eucaristía. Por eso, decidimos extender en el tiempo esas Horas Santas que habíamos comenzado a hacer. Desde entonces, todos los primeros viernes de mes –por el Sagrado Corazón–, de 5 a 6 de la tarde, hacemos una Hora Santa en la Capilla del Rey Casto, a la cual todo el mundo está invitado, para poder descansar en Jesús Eucaristía, que era a lo que nos invitaba Carlo Acutis». Esa es la herencia que dejó en la Catedral, desde el año 2019, aquella exposición promovida por Carlo Acutis durante su breve estancia en este mundo.