Con la celebración, hoy viernes, del Día del Ayuno Voluntario, y con la colecta de este domingo, 12 de febrero, arranca la 64º Campaña contra el Hambre de Manos Unidas, que tiene por lema “Frenar la desigualdad está en tus manos”. Comienza así un quinquenio en el que va a centrar su trabajo en las brechas de desigualdad que siguen creciendo y que comprometen la dignidad de todo ser humano.
Manos Unidas es la organización de la Iglesia en España para la cooperación al desarrollo en los lugares más empobrecidos del planeta. Y aunque a nivel general, especialmente en cuanto a los medios de comunicación, es una semana al año cuando ponemos el foco sobre su actividad, lo cierto es que sus voluntarios, el grueso de su plantilla, trabajan durante los doce meses organizando todo tipo de iniciativas que ayuden a financiar los numerosos proyectos que llegan desde estos países con grandes dificultades.
En Asturias estos voluntarios que se encuentran “al pie del cañón” durante todo el año son alrededor de un centenar, y entre sus actividades se encuentran iniciativas tan variadas como rastrillos, teatros o cenas solidarias. Es un trabajo continuado.
Sin embargo, la actividad que realiza Manos Unidas es tan conocida en toda la región, que en momentos especialmente fuertes, como puede ser el del lanzamiento de la campaña en estas fechas, los voluntarios que se prestan a trabajar y ofrecer su tiempo para conseguir fondos llegan al millar, colaborando en las parroquias, colegios, asociaciones de vecinos o instituciones de todo tipo.
Gracias a esta labor de los voluntarios, y muy especialmente, a la generosidad de los asturianos, Manos Unidas consiguió recaudar en la pasada Campaña Contra el Hambre más de 1.300.000 euros, superando las expectativas que tenían en la organización, considerando que comenzaba una crisis derivada de la pandemia en la que aún se encontraban.
Este año Manos Unidas tiene sobre la mesa trece proyectos para financiar en Asturias. Nueve de ellos están situados en África, uno en Palestina y tres en la India. Siete de ellos serán sufragados con lo que se logre recaudar entre los distintos arciprestazgos; otro será asumido por los colegios con las actividades que organicen como la Operación Bocata, carreras solidarias o festivales; otro proyecto será financiado por las comunidades religiosas de la diócesis y el resto, con los legados solidarios o herencias que Manos Unidas en Asturias ha ido recibiendo.
La forma de trabajo de Manos Unidas es siempre muy interesante ya que las ayudas parten de los socios locales en la zona, en su mayoría congregaciones religiosas u ONG que se encuentran en los países más necesitados, que hacen una solicitud a Manos Unidas. “Los socios locales se tienen que comprometer a desarrollar sus proyectos, entregando todas sus facturas y además, cuentan con personal d servicios centrales de Madrid que, repartidos por continentes, periódicamente visitan estos proyectos”, explica Marta Fano, voluntaria de Manos Unidas en Oviedo. “Es decir, todos los proyectos tienen un seguimiento, lo que supone una garantía de que el dinero se emplea exactamente en aquello que se ha dicho, con gastos mínimos de gestión, porque la mayor parte de las personas en Manos Unidas somos voluntarias”.
Los proyectos que se eligen giran en torno a siete sectores de actuación, como son la educación, especialmente en aquellos países donde no hay estructura educativa; la sanidad, tanto preventiva como asistencial; el agua y el saneamiento (construcción de pozos, agua potable); la alimentación y garantizar los recursos para conseguir una soberanía alimentaria; los derechos de las mujeres y la equidad, en países donde el sometimiento y la explotación son frecuentes; los derechos humanos y la sociedad civil y, finalmente, el medio ambiente.