El pasado sábado, 19 de octubre, tenía lugar, en el Seminario Metropolitano, el primer encuentro del curso del Consejo Pastoral Diocesano. Un órgano consultivo, renovado recientemente y formado por 61 miembros, presidido por el Arzobispo, Mons. Jesús Sanz Montes. En él hay una amplia representación de los territorios asturianos, así como de los diferentes estados de vida de la Iglesia: sacerdotes, religiosos y laicos, y tiene como objetivo «la comunión de la Iglesia católica y de todos sus miembros», tal y como rezan sus estatutos, que recogen, además, que su finalidad «consiste en estudiar y valorar todo lo que se refiere a las actividades pastorales y de nueva evangelización en la diócesis y sugerir conclusiones pastorales prácticas para las mismas».
La sesión dio comienzo con un saludo y unas palabras introductorias de Mons. Jesús Sanz, que recordó a los presentes que el Consejo Pastoral Diocesano era la «expresión cabal» de lo que es una comunidad cristiana, y que entre todos «compartimos un mismo camino sinodal», afirmó trayendo al recuerdo que el Sínodo de la Sinodalidad que en estos momentos se está trabajando en Roma, quiere recalcar que «no es la Iglesia de los curas, ni la Iglesia de los laicos, sino la Iglesia del Señor, representada por todos».
En su intervención también actualizó ante los presentes la situación del Seminario, en el que este año han ingresado 14 nuevos aspirantes al sacerdocio, así como el deseo de que «en un tiempo no muy lejano» pueda haber una nueva misión diocesana, esta vez en América, y describió ante los presentes la experiencia de este verano en la diócesis de Tlapa, Estado de Guerrero (México), donde viajó acompañado por un diácono y tres seminaristas. Finalmente recordó que estamos a las puertas del Jubileo que el Papa Francisco ha convocado para el 2025, e informó de que, el domingo, 29 de diciembre, tendrá lugar, en la Catedral de Oviedo, la celebración diocesana de apertura del Año Jubilar.
A continuación tomó la palabra el Vicario de Pastoral, el sacerdote Antonio Vázquez, quien hizo un resumen de los trabajos de programación y la metodología que se llevó a cabo durante el curso pasado, que culminaron con el Encuentro de Programación en Covadonga en el mes de junio, y la elaboración de un documento un calendario diocesano que puede consultarse aquí.
«La programación diocesana de este año tiene tres pilares imprescindibles –explica el Vicario de Pastoral–. Por un lado, el pilar de la Iglesia Universal, que está llamada al Jubileo de la Esperanza, al que nos invita el Papa Francisco. Nosotros como Iglesia Particular tenemos diversas iniciativas para abordar este Jubileo. Por otro lado, está el pilar de la Iglesia Nacional, que sigue bajo la guía del Espíritu Santo y siguiendo la estela también del Congreso de Laicos, donde uno de los itinerarios a trabajar era el Primer Anuncio, por lo que todas las diócesis españolas durante este año estamos llevando adelante iniciativas para coordinar y fortalecer todos estos movimientos del Primer Anuncio. Finalmente está el pilar de la Iglesia particular de Asturias, que se había marcado el año pasado como objetivos el acompañamiento y la sinodalidad, es decir, vivir en comunión todos los carismas y dones».
En el Encuentro de Programación del pasado mes de junio se habían fijado, por parte de todas las Delegaciones Episcopales y los Arciprestazgos, una serie de propuestas e iniciativas. Algunas, de carácter cerrado, como la formación o determinados encuentros de oración, pero otras, más amplias, fueron sometidas a la valoración del Consejo Pastoral Diocesano. «El trabajo versó sobre todo sobre la propuesta de Informar, Impulsar y Coordinar Iniciativas del Primer Anuncio, explica Antonio Vázquez, así como la propuesta, en el ámbito de la Iglesia Particular, de Los protocolos de actuación de tal manera que tengamos todos criterios comunes. Otro tema fue Renovar los arciprestazgos como lugar de trabajo, así como Favorecer las relaciones interpersonales entre sacerdotes, laicos y el consejo arciprestal y la última fue Resaltar la importancia de los santuarios que están adquiriendo mucha relevancia con el aumento de la afluencia de las personas a estos lugares de encuentro y catequesis», explica el Vicario de Pastoral. El Consejo Pastoral se dividió en grupos, representando las distintas realidades, y se trabajaron durante un tiempo las propuestas, aportando sus propias ideas y conclusiones, con el objetivo de que las distintas iniciativas que se desprendan del encuentro fortalezcan y enriquezcan la actual programación diocesana.