Después de meses de preparativos, una importante labor de difusión y muchas esperanzas puestas en este encuentro, llegó el sábado 14, día del comienzo de la Jornada Regional de Jóvenes (JRJ) en Covadonga, con motivo del Año Jubilar. A las diez de la mañana comenzaron a llegar los autobuses al parking de Cangas de Onís, donde les esperaban el medio centenar de voluntarios para organizar las inscripciones, informar sobre el horario y dar a cada participante su kit del peregrino. Más de cuatrocientos jóvenes se han dado cita finalmente en este encuentro, que finalizará mañana con la eucaristía en Covadonga, a la una de la tarde.
A las diez y media de la mañana, en la iglesia parroquial de Santa María de Cangas de Onís, comenzó oficialmente la JRJ, con la bienvenida de Gonzalo Suero, Teniente Alcalde de Cangas de Onís, quien manifestó ante los jóvenes que “Este triple centenario y todas sus celebraciones hacen de Covadonga y de su entorno un destino universal, un destino que vosotros hoy conoceréis y disfrutaréis, con todas las actividades que tenéis programadas en este encuentro”. “Que disfrutéis de Covadonga –les dijo– de Cangas de Onís, y os sintáis bien acogidos”.
A continuación, intervino el Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz, quien agradeció en primer lugar al Ayuntamiento de Cangas de Onís “todas las facilidades que nos han dado” para poder llevar a cabo la JRJ. Un lugar en el que “se inició hace ahora 1300 años una célebre reconquista de la que se han derivado tantas cosas buenas para este pueblo al que pertenecemos”, dijo. “Y de reconquistar se trata. Reconquistar, 1300 años después, cosas que se nos extravían, que quizás olvidamos, a veces incluso traicionamos, pero Dios mueve el corazón para poder volver al punto de partida”.
“Propiamente hablando estamos en una operación retorno –les dijo Mons. Sanz a los jóvenes– porque volver a la casa de nuestra Madre es sentirnos precisamente en nuestro lugar y, como sucede siempre que vamos a casa, cuando está la madre, nadie nos tiene que presentar. Ella sabe nuestro nombre, y tantas, por no decir todas, nuestras andanzas. No tenemos que justificar que tenemos sueños, y a veces alguna pesadilla que se nos escapa. No tenemos que explicar los gustos, porque los conocen, no tenemos que camuflar los disgustos que nos persiguen y atacan. Sentirse en casa es sentirse en un lugar donde yo soy querido, conocido, acogido y acompañado. Es la operación retorno, y cada uno viene con su intemperie particular. Van a ser dos días que yo os invito a que viváis, como repite frecuentemente el Santo Padre, abiertos a la sorpresa. Porque Dios no es aburrido, Dios es sorprendente. Capaz de poner con un guiño algo que sea no sólo de nuestro interés, sino la luz que necesitábamos para volver al camino o para continuar en él. Abiertos en la sorpresa que el buen Dios en la casa de la Madre tenga a bien regalarnos”.
Tras la intervención del Arzobispo de Oviedo, y en presencia del Icono Vocacional que, desde hace meses, recorre la diócesis, comenzó la catequesis de la mañana, que corrió a cargo del Delegado de Pastoral Juvenil de la diócesis de Lugo, José Antonio Adrio.