«Es Viernes Santo hermanos. ¿Quién soy yo en este drama? ¿A qué nombre de aquellos le pongo yo mis apellidos? ¿Cuál es mi callejero por donde a diario deambula mi vía Dolorosa? El relato, leído de rodillas y con el corazón abierto es todo un libreto donde se narra mi biografía. Algo de todos ellos tengo yo, y detrás de cada uno se asoma la sombra de todos mis momentos y retazos». Así se dirigió hoy el Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz, a los asistentes en la Basílica de Covadonga a la celebración de la Pasión del Señor, que fue retransmitida en directo a través del canal de YouTube 24 horas del Santuario de Covadonga..
Mons. Sanz quiso tener también un recuerdo a los asistentes a la celebración en la Catedral de Oviedo, donde es tradicional que se muestre, al finalizar la celebración del Viernes Santo, el Santo Sudario, para su veneración: «Dentro de unos instantes adoraremos la cruz del Señor –dijo el Arzobispo–. Nuestros hermanos en Oviedo, hoy venerarán esa reliquia excepcional que custodiamos en la Catedral: el Santo Sudario de Jesús del que nos habla Juan en su Evangelio. Es una página no escrita en papiro y con tinta, sino descrita en la tela y con sangre divina como un nuevo evangeliario. El Santo Sudario es un testigo de lino que guarda como un secreto los ojos cerrados del Señor. Aquella mirada se abrirá para siempre resucitada después, pero por amor vivo a mis desamores muertos se cerraron a la hora de nona de aquel Viernes Santo. Es algo que en esta tarde mirando desde Covadonga ese lienzo no debemos olvidar. Tampoco olvidamos a quienes prolongan con sus sufrimientos, sus desgracias y desamparos, la Pasión de Jesucristo. Hoy los crucificados por la violencia, las guerras y el terrorismo, por la corrupción y la indiferencia de tantos, por las desgracias y soledades, por la incertidumbre de una pandemia que no pone a prueba, por los propios pecados y los ajenos, todos se reconocen junto a Cristo crucificado que en ellos vuelve a sufrir la Pasión».
Por la mañana, tuvo lugar, también en la Basílica del Santuario, el rezo del Santo Viacrucis, acompañado por la Escolanía.