Un año más, nuestro Arzobispo Mons. Jesús Sanz Montes retoma las breves reflexiones semanales en vídeo para la Cuaresma.
«Las tentaciones de Jesús son una escuela de conversión cristiana. El diablo tentador me empuja a prescindir de Dios porque yo reduzco mis necesidades a un pan que yo mismo puedo fabricarme, cual si fuera mi propia hada mágica (1ª tentación). Prescindir de Dios modificando su plan sobre mí, incluyendo aspiraciones de dominio que no tienen que ver con la misión que Él me confió (2ª tentación). Prescindir de Dios banalizando su providencia, haciéndola capricho o divertimento (3ª tentación).
¿Quién duda de que hay mil diablos, que nos encantan y seducen desde el chantaje de sus condiciones, y poniéndonoslo fácil y atractivo, nos separan de Dios de los demás y de nosotros mismos? La tentación en sí misma no es buena ni mala, es una consecuencia de nuestra condición y del pecado original. El problema es ceder, pactar y negociar con ese diablo que tiene una idea del mundo y de la historia que ofende a Dios y el hombre se destruye. La cuaresma es un tiempo para volver a unir todo cuanto el tentador ha separado».
