La Basílica de Santa María la Mayor de Roma acogerá este domingo la celebración de una misa de gaita
El Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz, presidirá, este domingo una misa de gaita en la basílica de Santa María la Mayor de Roma. Parte del equipo que lo ha hecho posible: Ángel Medina, catedrático de Musicología y autor del libro “La misa de gaita”, Joaquín Valdeón, director del Taller Lolo Cornellana de Misa de Gaita y Joaquín Lorences, vicepresidente de la Fundación Valdés- Salas, ha concedido a Esta Hora la siguiente entrevista:
¿Qué es la misa de gaita?
Ángel Medina: Es una eucaristía cantada en latín con acompañamiento de la gaita de fuelle. Tiene unas melodías que proceden del antiguo canto llano, anterior al canto gregoriano que estamos oyendo normalmente. Unas prácticas litúrgicas de cuatro o cinco siglos de antigüedad, como mínimo, y que representan por tanto cómo se vivía la religiosidad popular en las tierras asturianas. Esas melodías se mezclaron y bridaron con las tonadas asturianas, con los giros y las ornamentaciones propias de la gaita y dieron lugar a un producto de síntesis distinto que tiene algo o mucho de asturiano y de liturgia cantollanista. Esa mezcla tan singular es lo que hoy escuchamos como misa de gaita.
¿Se perdió en algún momento?
A. M: Siempre se mantuvo, pero fue perdiendo terreno de tal manera que por ejemplo en el año 50 todavía se decía que en todos los concejos asturianos se cantaba la misa de gaita y en la actualidad solo se canta en tres islas de resistencia: la zona de Llanes, la de Salas y concejos limítrofes y la centro sur. Sobre todo en la zona de Salas se canta un número importante de veces. Es una reducción drástica y justamente por esta pérdida gradual que la destinaba a que incluso desapareciese fue cuando empezamos a trabajar para impulsar esta misa que es una joya de la liturgia popular asturiana.
¿Qué labor se está haciendo desde la Fundación Valdés Salas?
Joaquín Lorences: Estamos empeñados en llegar a la UNESCO y que la misa sea reconocida como patrimonio de la humanidad. Nos estamos preocupando mucho de enriquecer su currículum difundiéndola por toda Asturias, y también fuera. El año pasado fuimos a Madrid a los Jerónimos y ahora damos un paso más internacionalizándola. El año que viene estamos empeñados en ir a Nueva York y acercarnos a las instituciones internacionales para conseguir el máximo reconocimiento que podamos. Es una gran satisfacción porque estamos contando con el apoyo de la Iglesia asturiana y española: don Jesús nos acompaña a Roma y siente la misa como propia. Su homilía en la misa de gaita en la Catedral en 2013 fue preciosa y mostró cómo se identificaba con nuestros objetivos.
¿Cuál es la reacción de la gente que asiste a una misa de gaita?
J. L: Se percibe el fervor, silencio y respeto. Todos se identifican con ese sentimiento profundo que viene desde nuestros ancestros, de nuestros mayores y de cómo vivían su espiritualidad. Esto le da un gran valor identitario a la misa y creo que si la difundimos adecuadamente, respetando lo que representa como ceremonia, no como concierto, creo que el futuro de la misa está garantizado.
¿Cómo están viviendo músicos y cantantes esta cita en Roma?
Joaquín Valdeón: La gente está muy ilusionada, es un proyecto que teníamos ganas de hacer y ahora vamos a conseguirlo con esfuerzo, poniendo todos mucho de su parte, y de manera altruista. Incluso los profesionales: Llorián y Xaime que son los gaiteros, Pepe’l Molín, uno de los referentes y que más ha hecho las misas en Salas o Mari Luz Caunedo, figura de la canción asturiana. Es un grupo heterogéneo, que viene de muchos concejos y que llevamos años de ensayo para perfeccionar y ofrecer también una imagen un poco renovada porque esta parte del folclore no es rígido, eso sí dentro de la tradición. Y lo hacemos donde se tiene que hacer que es en la liturgia, no tiene sentido sacarlo de ahí. Mantenemos el respeto absoluto al entorno donde se hace porque es importante, no se puede entender de otra manera: es una parte de la misa, una forma de oración también. Todos estamos en ese sentido involucrados porque sabemos lo que estamos haciendo, que no es un producto estrictamente musical que puedas sacar de su contexto.
El libro que se ha editado también ha ayudado a recopilar por escrito toda esa tradición.
A. M: Si lo escribiese hoy en día habría numerosas cosas más que incluir como manuscritos, grabaciones antiguas. Una de las cosas más fascinantes es que incluso la Iglesia la había dejado un poco al margen a partir de 1900 para dar paso a otro tipo de melodías y por eso es increíble que se haya mantenido en esos pueblos y aldeas asturianas. Es realmente portentoso, una joya. Incluso cuando estudias que en Galicia en el siglo XIX y XX se cantaba hasta que desapareció en 1950, ves la singularidad de Asturias, de esos cantores que discretamente iban haciendo esas liturgias y siendo mantenedores de la tradición.