El incensario es un recipiente litúrgico, un pequeño brasero movible con cadenillas y tapa donde se quema el incienso, una mezcla de sustancias resinosas que se quema en las ceremonias religiosas solemnes y que al arder despide una fragancia aromática.
Va acompañado de la naveta, que contiene el incienso, y la cucharita para dosificar el incienso antes de introducirlo en el incensario.
Recibe otros nombres como botafumeiro o turíbulo, palabra que deriva del latín tus- turis y (incienso), al igual que el nombre de la persona que porta el incensario o turíbulo: “turiferario”.
El incensario de la parroquia de Lavandera, es de pequeño tamaño: 16,1 cm de altura, 6,9 de pie y 11 de diámetro máximo. Un ejemplar sencillo y de esquema ordenado: el cuerpo semiesférico que contiene el incienso es completamente liso y apoya sobre un pie circular. El cuerpo de humo es cilíndrico y está decorado con motivos florales calados. La tapa tiene forma de disco saliente con un cuerpo semiesférico decorado con gallones, de estética barroca.
Incensar es dirigir con el incensario el humo del incienso hacia alguien o algo para purificarlo y es signo de la presencia divina en la celebración religiosa; tiene, además, un significado profundamente simbólico, vinculado con la purificación espiritual y con la oración: «Que suba a tu presencia mi plegaria como una ofrenda de incienso» (Salmo 141:2).
Este incensario actualmente se expone en la colección permanente del Museo de la Iglesia en Asturias.