«Tiempos recios y las heridas actuales del sacerdote» era el título de la charla que impartió el Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz Montes, en la primera sesión de Formación Permanente del Clero en este curso, el pasado lunes, 3 de noviembre, y que tuvo lugar en el Aula Magna del Seminario Metropolitano.
Tras el rezo de la Hora Intermedia, anunciando y recomendando la nueva aplicación para el móvil gratuita Breviarium, obra de un ingeniero informático asturiano, la charla comenzó recordando que a partir de este curso pastoral la labor del Delegado episcopal para el Clero recaería sobre el propio Arzobispo, una labor que le facilitaría el acompañamiento a los sacerdotes.
Mons. Sanz explicó, como segundo punto del encuentro, el nuevo formato de la Formación Permanente del Clero para este año, que cuenta ya con una programación concreta y que pasa a ser responsabilidad del Instituto de Teología y Pastoral San Juan Pablo II.
A continuación, comenzó mencionando tres libros para enmarcar la reflexión de la ponencia: «La sociedad del cansancio», del reciente Premio Princesa de Asturias Biung-Chul Han; «Sacerdotes rotos», de Gérard Daucourt y «El sanador herido», de Henri Nouwen. Mons. Jesús Sanz describió la situación actual en la que se desarrolla la labor de los sacerdotes, que afecta especialmente a los más jóvenes, y entre sus reflexiones destacó varias «heridas» que condicionan la fidelidad al ministerio sacerdotal, como son la herida en la cabeza, siendo vulnerables en el pensamiento débil; la herida en el corazón, donde, al igual que a tantas personas son tentados por los ídolos del poder, tener y placer, los ídolos de los que habla T.S. Elliot; la herida de la pérdida de prestigio y la herida de la pérdida de tiempo, dejándose llevar por la mediocridad, es decir, «sin grandes pecados pero sin grandes virtudes», afirmó.