Las parroquias del Valle de Turón, una zona especialmente envejecida dentro de la, ya de por sí, envejecida Asturias, se ha aplicado especialmente desde el comienzo de la pandemia en el acompañamiento a los mayores y personas vulnerables de la zona. La última iniciativa, puesta en marcha hace tan sólo unos días, es el “Teléfono samaritano”, una actividad desarrollada por el párroco, Enrique Álvarez Moro, y un equipo de colaboradores, que “trata de paliar el problema de la soledad, con todas las características de la escucha cristiana, en un periodo de confinamiento”, explica el propio sacerdote.
A medida que van conociendo diferentes situaciones de dificultad –personas recién operadas que se encuentran solas en el hospital, enfermos en casa, personas vulnerables sin familia o con ella lejos– se organizan para hacer un seguimiento telefónico a estas personas, de manera que estén atendidas y no se encuentren solas. “Se trata de que sientan cerca de su comunidad, una comunidad samaritana, que no se olvida de los suyos, que está pendiente de la vulnerabilidad, en este tiempo de segunda ola que se avecina dura”, explica Álvarez Moro. Lo mismo sucede con aquellas personas mayores que se van a vivir a una residencia. “Les seguimos llamando, que vean que su comunidad sigue siempre con ellos, que están pendientes, que les felicitan por su cumpleaños, en Navidad, que les preguntan por su salud, etc.” Un “Teléfono samaritano”, para cubrir “todo tipo de soledades”.