La Semana diocesana de Formación llega a su fin tras reunir en las aulas del Seminario a cientos de alumnos que han buscado en sus cursos las enseñanzas necesarias para seguir avanzando en su labor pastoral. Una programación que se ha desarrollado a partir de una motivación común: la de acompañar, estar presentes en la sociedad; teniendo como base la encíclica Evangelli Gaudium: “La Iglesia necesita la mirada cercana para contemplar, conmoverse, detenerse ante el otro cuantas veces sea necesario”.
Estas palabras se recordaron en la inauguración y fueron también recogidas por el Vicario General, para animar a todos los participantes a implicarse en este servicio de acompañar para contribuir a que “el desánimo no destruya a la persona, ni la oscuridad de la desesperanza reine en el corazón”.
Miembros de Caritas, misiones, sacerdotes, lectores, religiosas, catequistas, profesores de religión… Recorrer durante estos días los pasillos del Seminario ha dado la oportunidad de ver de cerca la amplia variedad de personas, y sus correspondientes labores, que están implicadas en el día a día de la Iglesia.
Todas ellas han podido encontrar en la Semana de formación el curso –en total se han ofertado catorce– que más se adecúa a sus inquietudes, gracias a que en su organización están implicadas todas las delegaciones del Arzobispado: Pastoral Juvenil, Penitenciaria, de la Salud, Vocacional, de Migraciones, Apostolado Seglar…, entre otras.
Un trabajo conjunto que ha permitido así aportar diferenes puntos de vista sobre qué inquietudes formativas tienen quienes conforman la Iglesia asturiana.
La temática de los cursos ha demostrado que estas son muchas y muy pegadas al momento actual, a las situaciones que les toca vivir a los creyentes del siglo XXI. Una característica que muestra una clara intención de “estar al día”, para que esa misión de acompañar, en el más amplio sentido de la palabra, que este año se ha resaltado sea más efectiva y significativa.
Así, por ejemplo, en una época marcada por la comunicación y por las múltiples posibilidades de hacer llegar cualquier mensaje, el curso Gestión eficiente de la comunicación en tiempos de crisis ha desgranado las herramientas para afrontar ese tipo situaciones. Momentos que hace años se solventaban de determinados modos que ya no son tan resolutivos en la era de las redes sociales y la inmediatez de la tecnología.
Una actualización de los conocimientos que de distinta forma también puede verse en Eventos y actividades para la asignatura de religión. Entre sus participantes se reúne un grupo de profesores del colegio Amor de Dios de Oviedo. Su programa educativo da mucha importancia a esta materia y de ahí que su deseo sea el de no quedarse atrás en cuanto a metodología se refiere. De este modo su paso por este curso les ha permitido conocer nuevas dinámicas con las que enseñar mejor a los niños.
Hay quienes en cambio se han decantado por conocer más en profundidad las bases de unas creencias que, aunque han sido inculcadas desde la niñez, aún tienen muchos matices por descubrir.
Esa es la intención de alguno de los partipantes de La Biblia en el contexto litúrgico, que resaltan también cómo lo que se les ha explicado, la liturgia de la palabra, les sirve para realizar de manera más adecuada su labor de lectores en las celebraciones.
Por otro lado, si hay una característica, además de la de acompañar, que ha marcado a todos los cursos de la Semana diocesana de Formación es que han sido muy participativos. Ponentes y alumnos han fomentado que en las clases se hayan compartido viviencias personales, preocupaciones, propuestas etc. Aportaciones enriquecedoras, que dan testimonio de una Iglesia dinámica.
La Semana diocesana de Formación se cerrará mañana con la proyección de la película La buena mentira, que narrra la historia de un joven refugiado sudanés que llega a Estados Unidos donde una trabajadora social le ayudará a aprender a desenvolverse en su nuevo hogar. Podrá verse en las salas Yelmo en Oviedo a las cinco de la tarde.