Este sábado a las seis de la tarde un total de 230 personas mayores de 18 años procedentes de toda Asturias se darán cita en la Catedral para recibir alguno de los sacramentos de la iniciación cristiana. En su mayor parte, será la Confirmación, pero también habrá bautismos y primeras comuniones. Es la celebración anual que viene teniendo lugar en el templo de El Salvador desde que se decidiera coordinar y unificar para toda la diócesis el Catecumenado de Adultos. En sus participantes están todos los arciprestazgos representados, provincias españolas y parte del extranjero, puesto que son varios los catecúmenos procedentes de Hispanoamérica o de países europeos como Italia que se encuentran en Asturias trabajando o por cualquier otra circunstancia.
Para recibir estos sacramentos, los catecúmenos han tenido previamente un tiempo de formación en sus parroquias. Aquellos que van a bautizarse, han debido asistir a catequesis durante aproximadamente dos años, mientras que los que se van a confirmar han acudido durante un año. “Es un recorrido establecido así por la diócesis, común a todo el mundo”, explica el responsable del Catecumenado de Adultos, Artemio Grande Bermejo. “En todo caso –subraya–, se establecen unos mínimos, pero a partir de ahí si se quiere desarrollar durante más tiempo, no se pone ninguna pega”.
El número de catecúmenos adultos en nuestra diócesis ha ido incrementándose cada año más, desde que se decidiera establecer unos criterios y un recorrido oficial para todo el mundo. Para su responsable, los motivos pueden ser varios, por un lado “y la más importante”, afirma, “porque en el corazón de cada uno de nosotros hay un deseo de bien, de felicidad y seguramente, en el encuentro con determinadas personas han encontrado la motivación para dar este paso”. Ciertamente han tenido que invertir un tiempo en su formación, “y no para obtener un título oficial que les sea útil en su futuro, pero sí para conseguir un certificado precioso para la vida, porque sabemos que hay un antes y un después de esta experiencia”. “En ocasiones hay personas que quieren recibir el sacramento de la Confirmación –explica el responsable del Catecumenado de Adultos–, porque así podrán ser padrinos de boda o de bautismo, pero yo siempre pienso que los caminos del Señor son lo que son. Creo que es de agradecer que tomen esa decisión, y desde luego sobre todo también tenemos que estar muy agradecidos todos al trabajo tan bonito y tan entregado que están haciendo tanta gente, hombres y mujeres, sacerdotes, catequistas en la diócesis. Somos las herramientas que el Señor pone a disposición en la vida de la Iglesia para la gente tome estas decisiones, se pregunte cosas, decida dar un paso”.
Jesús Castañón, catequista
Un ejemplo de estos catequistas que ponen su tiempo a disposición de la Iglesia es Jesús Castañón. Ingeniero y profesor, aficionado al deporte, es catequista desde hace años. Comenzó dando catequesis a jóvenes en su parroquia, San Francisco de Asís, en Oviedo, y tras hacer unos cursos en el Instituto San Juan Pablo II, en el Seminario, le propusieron dar el salto al acompañamiento de adultos. Así lo hizo, hace ya tres años. Una labor que lleva a cabo feliz, consciente de que cuando trata con adultos lo mejor es compartir su propia experiencia de fe y mostrar a los demás lo que Dios ha hecho en su vida. “En catequesis de adultos, generalmente se trata de ayudar a que den el paso de una fe de niños, a una fe más madura”, explica Jesús, que afirma que en los grupos se encuentra con gente de “todo tipo”, “muchos acaban de terminar la Universidad, otros son más mayores, incluso hemos tenido a gente de 60 años que no se habían confirmado y querían hacerlo”. “Les explicamos básicamente el Credo, los Mandamientos, y usamos generalmente el Compendio de Catequesis de la Iglesia Católica y el YouCat. Hablando con ellos te das cuenta de que creen que no tienen dudas, pero sí que tienen mucha desinformación sobre la Iglesia”, afirma Jesús, y “lo bueno es que cuando por fin entienden los motivos por los cuales la Iglesia dice ciertas cosas que el mundo critica, se sienten muy satisfechos por tener esa explicación, y reconocen que van a poder dar razones de su fe, con conocimiento y seguridad, a todo el mundo”.