Ayer miércoles se presentó, ante los medios de comunicación, la memoria de actividad de Cáritas Asturias durante el pasado año 2017. Al acto acudieron Ignacio Alonso Areces, director de Cáritas Asturias, Jesús Rodríguez de la Vega, Delegado episcopal, Mari Luz Baeza, Secretaria general y Carmen Álvarez, responsable del departamento de análisis y estudios de Cáritas.
En el acto, se destacó que la institución atendió en Asturias a 19.014 personas durante el año 2017, un 7% menos con respecto al año anterior. Además, acogió y acompañó a un total de 5.723 familias, un número que ha descendido un 4% respecto al 2016.
Estas cifras podrían respaldar la recuperación económica de la crisis, pero desde Cáritas se contemplan con prudencia, al tiempo que se recuerda que 1.779 familias acudieron a solicitar la ayuda de esta institución por vez primera en el año pasado: “Más allá de cuantificar –destacan en la institución– lo que nos preocupa son los aspectos cualitativos que nos indican dónde debemos poner el foco, tanto las instituciones que les acompañamos como las administraciones y la sociedad en general, siendo sensible a su realidad”.
Para entender la situación actual de la pobreza y la exclusión, es importante –señalan– “conocer la composición y características de las familias”.
Y es que del total de las familias atendidas por Cáritas Asturias durante el año pasado, 2.187 eran familias con menores a cargo, y 1.035 monoparentales. 555 tenía un miembro trabajando, y 373 están pendientes de revisión de salario social. Además, un total de 740 familias no recibían prestación alguna. “La situación de las familias monoparentales, generalmente de rostro femenino, son uno de los perfiles que más acuden a nuestros servicios” –señala Ignacio Alonso, Director de Cáritas Asturias, en declaraciones para Esta Hora–. Sin embargo, desde Cáritas queremos insitir en que, independientemente del leve descenso de familias y de personas atendidas, las cifras también apuntan a que la pobreza se hace cada vez más intensa y más crónica –destaca–. El escalón que separa a las personas empobrecidas y la desigualdad es cada vez más alto y más difícil de superar. Por eso es importante recalcar la cifra de esas casi 1.779 personas que han acudido a Cáritas por primera vez, porque la desigualdad crece y tener empleo ya no es sinónimo de estabilidad”. Una situación que, para Cáritas Asturias, es importante “denunciar para poner voz a todas estas personas que no tienen voz, y que el clamor de los pobres sea escuchado en la sociedad asturiana”.
Además de la difícil situación de muchas familias, la memoria de actividad de Cáritas del 2017 en nuestra región desvela también otros problemas cada vez más acuciantes en la sociedad asturiana, como es el caso de la soledad de los mayores, algo que se detecta especialmente en las zonas rurales. Y esto es posible gracias a la red de 147 Cáritas parroquiales diseminadas a lo largo de toda la geografía asturiana. Un auténtico “observatorio privilegiado de la realidad social, una gran red de la Iglesia y un lugar de acogida para tantas personas que sufren en lugares donde a veces no hay ni trabajadores sociales”, explica el propio Director de Cáritas Asturias.
“Esa es la realidad de las Cáritas rurales –afirma–: la soledad de los mayores. Quizá la pobreza es menos emergente, pero han crecido exponencialmente los programas de acompañamiento a personas mayores de 65 años que viven solas”.
Las personas sin hogar, generalmente aquejadas de enfermedades psiquiátricas o toxicomanías, es también otra de las realidades a las que Cáritas presta especial atención. Su cifra va en aumento. “Son personas jóvenes, generalmente. Hay muchas circunstancias por las cuales terminan en la calle –indica Ignacio Alonso–. La esperanza de vida de los toxicómanos ha aumentado, lo cual contribuye a perpetuar una situación muy complicada, y lo mismo sucede con las personas con enfermedades psiquiátricas. Si ya hablamos de trabajadores “pobres”, que no llegan a fin de mes, podemos imaginarnos en qué escalón quedan estas personas sin hogar, y las dificultades tan grandes que pueden tener para integrarse en la sociedad”.
Por ello, los programas de empleo de Cáritas son también otro de los puntos donde se está incidiendo, y en ello tiene mucho que ver el proyecto textil, que con las dos tiendas Koopera Store de Gijón y Oviedo, y la nave central, ha logrado crear ya 19 trabajos. Lo mismo sucede con el proyecto Red de Hogares: actualmente Cáritas Asturias cuenta con 15 pisos para familias y personas independientes que están en situación de incorporación a la sociedad de una manera normalizada. “Tenemos 15, pero si tuviéramos más, también estarían ocupados”, reconoce el Director de Cáritas.
Los resultados de la actividad del 2017 muestra también que, mientras que en el 2016 se hablaba de la “diversificación de conceptos en los que se invertían los recursos”, este año se detecta un incremento de “ayudas en aquellos conceptos que no son habituales”, tales como las gestiones administrativas, la salud y la formación. “La alimentación sigue siendo prioritaria, pero vemos que crecen este tipo de ayudas que contribuyen a hacer posible la integración en la sociedad de estas personas”, señala Ignacio Alonso.
Para llevar a cabo toda esta labor, el total de recursos invertidos por Cáritas Asturias durante el año pasado fue de 7.210.619,28 euros, de los que 2.656.531,37 fueron destinados a la red de Cáritas parroquiales que acompaña a las familias y a las personas en todo el territorio.
Uno de los principales retos de la institución para los próximos años será fortalecer su base social, que se compone de voluntarios (actualmente 1.843), socios (personas que periódicamente dan una aportación) y donantes (personas que dan una ayuda económica puntual o donación en especie). Además, parte de los recursos de Cáritas también proceden de las colectas en las diversas parroquias asturianas.
Todos estos ingresos significan para Cáritas una estabilidad, algo fundamental para garantizar la supervivencia de los programas de inserción y desarrollo a largo plazo. Y es que resulta preocupante la disminución en un 41% de los recursos provenientes de la asignación tributaria del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. Con este motivo Cáritas ha puesto en marcha la campaña “Sé parte”, para animar a las personas a colaborar bien como voluntarios, como socios o como donantes, porque lo cierto es que la realidad de la pobreza no sólo no desaparece, sino que se ha instalado y cronificado en nuestra sociedad.