La parroquia de la Corte en Oviedo celebra, desde el verano, la misa y bendición de los peregrinos del Camino de Santiago en la que ya han participado más de 500 personas de todos los continentes
En julio de este año la iglesia de Santa María la Real de la Corte de Oviedo, de acuerdo con la Catedral, comenzó una estrecha vinculación con los peregrios del Camino de Santiago. Su misa de diario, de lunes a sábado a las 19.30 h, es ahora también la del peregrino, con un momento reservado para su bendición. En estos meses más de 500 personas llegadas de sitios tan dispares como Japón, Canadá, Filipinas, Eslovenia, Sudáfrica, Australia o Chile, entre muchos otros, han participado de esta celebración del que nos habla el párroco de la Corte, José Ramón Garcés.
¿Cómo nace esta iniciativa?
La acogida es una cosa muy sencilla que surge por la propia petición que hicieron los peregrinos a través de la Catedral. Llegó un momento en el que los peregrinos que llegan a Oviedo para iniciar el Camino Primitivo visitando la imagen del Salvador pedían una bendición, un signo religioso, algo que les ayudase en el arrancar. Se echó en falta que hubiese una eucaristía de acogida y una bendición y como la Catedral no podía hacer esto porque no tiene misas vespertinas nos lo pidieron a nosotros por ser una de las parroquias vecinas y muy gustosos nos prestamos a esta experiencia con la que estamos muy contentos. Alegran la misa de diario y le da ese toque distinto. El día que no hay peregrinos la gente pregunta por ellos.
Desde julio, son muchos los peregrinos que se han acercado.
Las cifras que hemos sacado son muy significativas y relevantes, que en apenas cuatro meses que hayan pasado más de 500 personas de muy distintos países. Este precisamente es otro de los signos más interesantes de esta breve bendición que reciben al final de la misa porque en ella se juntan personas de lugares y lenguas muy diversas y todos ellos se sienten unidos en un mismo sentimiento que pone de manifiesto la catolicidad de la Iglesia en toda su diversidad y universalidad. A pesar de la dificultad del idioma es un momento participativo, cada peregrino recibe un tríptico en su propio idioma y juntos hacemos la oración de bendición. Yo la hago en castellano y ellos me acompañan en voz alta cada uno en su propio idioma.
¿Cómo conocen los peregrinos la posibilidad de recibir esta bendición?
Bien sea en la Catedral, cuando están realizando la visita o en el albergue, con el que se ha establecido una buena conexión, reciben el tríptico en su propio idioma. Este se ha editado ya en ocho lenguas y ahora estamos intentando hacerlo en coreano. Agradecen mucho encontrarse con que hemos hecho el tríptico en su propia lengua, que nos hemos acordado de ellos. Normalmente el peregrino que llega del extranjero sabe que con el inglés, francés o alemán se defendería, pero cuando de pronto encuentra que el tríptico está editado en portugués, en polaco, en holandés, por ejemplo, les agrada mucho porque forma parte de la acogida, significa que los estamos recibiendo bien. Eso es lo que intentamos cuidar sobre todo que el peregrino se sienta recibido, acogido como un hermano en la fe.
Es una experiencia muy hermosa, te encuentras con gente con una vivencia religiosa muy profunda y que ese momento lo vive y lo contagia. Estoy muy contento con la experiencia y se siente con mucho gozo y satisfacción ver como la gente se marcha contenta y satisfecha y llena por dentro.
¿Con qué ánimo viven ese momento?
Quien hace el Camino de Santiago lo emprende con muchas y distintas motivaciones, es ese sentido la religiosa es muy importante y quien acude a este momento de la misa y de la bendición es gente que tiene ese sentimiento y a mí me da la sensación de que es muy profundo. De hecho es importante resaltar que la mayor parte de las veces se produce un momento emocional muy fuerte en el momento de la bendición, he visto a muchos peregrinos llorar porque lo viven como una experiencia religiosa muy honda, sobre todo quienes vienen de Centroeuropa.
Llega gente muy interesante, para muchos no es la primera vez que hacen el Camino, incluso me he encontrado gente que lo ha hecho hasta cinco veces, pero que les faltaba el Primitivo que tiene mucha significación por lo que implica históricamente la salida de Oviedo, el Salvador, la Catedral, por su itinerario espiritual y paisajístico, además de la dureza propia de este Camino y como todo en la vida que tiene dificultad es más motivador y enriquecedor.