De todas cuantas iniciativas que se han programado para celebrar la conmemoración del Milenario de la fundación del Monasterio de San Salvador de Cornellana, la publicación de un libro sobre su devenir histórico es, sin lugar a dudas, una de las contribuciones más destacables y de mayor transcendencia porque la reconstrucción de su biografía nos permite asistir a su nacimiento, conocer las circunstancias de su origen y asistir su mayoría de edad. Es el ejemplo del volumen recién presentado de Miguel Calleja-Puerta, «El monasterio de San Salvador de Cornellana en la Edad Media (1024-1536)».
Un hilo del tiempo de 1000 años que se inicia con la fundación de Cornellana como monasterio propio de carácter real, y continua con su anexión, primero a Cluny y, posteriormente, a la iglesia de Oviedo.
De la importancia del Obispado de Oviedo en el devenir histórico del monasterio y de la comarca, dan fe los importantes fondos documentales que los archivos eclesiásticos de la Diócesis custodian y conservan desde hace siglos: un valiosísimo patrimonio documental, insustituible e imprescindible para construir la Historia de Cornellana y de Asturias.
Con estos documentos se teje la malla de la Historia de Cornellana y se da voz y a los personajes y sociedades que nos han precedido y que son protagonistas y artífices de ese pasado que hoy celebramos.
Una parte de los fondos documentales de Cornellana se perdieron como consecuencia de desastres fortuitos y no fortuitos como el paso de las tropas napoleónicas o los procesos de desamortización, pero una parte sustancial de esa memoria escrita se ha conservado en el archivo capitular, en la catedral de Oviedo y en el archivo histórico diocesano, donde se ponen al servicio de los investigadores.
Junto con este ingente patrimonio documental, esta memoria escrita, el patrimonio religioso, las construcciones y los bienes muebles, constituyen otra de las fuentes de conocimiento del pasado del monasterio y de la parroquia de San Juan Bautista de Cornellana.
Mons. Jesús Sanz visita las obras del Monasterio, en 2016
Su sostenimiento se debe en gran medida a las generaciones de párrocos que a lo largo de los siglos se han ocupado y preocupado por su cuidado y mantenimiento, y, junto a ellos, los feligreses y vecinos de Cornellana.
Por ello es justo recordar, por ejemplo, a Don Gumersindo García Fernández, párroco desde 1961 hasta 1992; a Don Ceferino Díaz Martínez, al frente de la parroquia entre 1992 y 2015, por citar a los que nos son más próximos cronológicamente, y a su actual párroco, Don Arturo García Rodríguez. Y vaya también nuestro reconocimiento a aquellos primeros capellanes de San Juan Bautista que citan las fuentes documentales como Fernán Périz, capellán de Cornellana en 1279.