Coincidiendo con la reciente constitución del nuevo Consejo Presbiteral, hemos querido hablar con su secretario, Andrés Fernández, para conocer mejor sus funciones y su importancia dentro de la administración de la Iglesia diocesana.
¿Qué es el Consejo Presbiteral y cuáles son sus funciones?
Es como el senado del Obispo, un consejo consultivo, de ayuda a nuestro obispo para desarrollar su labor pastoral. En él se tratan diferente temas que surgen en el ámbito de la vida de la Iglesia particular de Asturias y en los que puede necesitar asesoramiento. No es un órgano que legisle, ni un sindicato, sino un grupo de sacerdotes que de manera prudente aconsejan al Arzobispo. Es una realidad más dentro de la Iglesia. Este camino sinodal del que ahora estamos hablando, la Iglesia lo viene haciendo desde hace mucho tiempo. En el sentido de un caminar unidos sabiendo que nuestro obispo es pastor y cabeza de la diócesis, pero también necesita, y así se lo marca el Concilio Vaticano II y el Código de Derecho Canónico, una serie de órganos que le puedan asistir en el servicio pastoral. El Consejo del Presbiterio es una ayuda para seguir sirviendo a la Iglesia. Aparte de todos los demás órganos de administración, es fundamental el presbiterio porque da sentido a una diócesis. Si no existiese, el obispo se sentiría cojo porque necesita a los presbíteros para llevar adelante la misión de ser pastor y guía de una diócesis.
El sacerdote Andrés Fernández
¿Quiénes son sus miembros?
El consejo está formado por 36 miembros. Hay miembros natos: el Obispo que lo preside, el Vicario General, los Vicarios Episcopales, el Canciller-Secretario, el Rector del Seminario Metropolitano y el del Redemptoris Mater y el Presidente del Cabildo de la Catedral. A ellos se unen los párrocos elegidos en los diferentes arciprestazgos y los miembros de designación personal de D. Jesús para completar todos los ámbitos del presbiterio. En el consejo están presentes los sacerdotes jubilados, las diferentes realidades eclesiales… Actualmente se ha constituido ya la comisión permanente donde vamos actualizando los temas a tratar. De estos algunos nos vienen referidos por los propios compañeros y otros son inquietudes de D. Jesús sobra las que considera que necesita escuchar al presbiterio. Una diócesis aparte de todo el engranaje que puede tener en diferentes delegaciones, comisiones… es muy importante el presbiterio, que somos todos los sacerdotes que conformamos nuestra diócesis. Todos estamos en diferentes realidades pastorales y las enriquecemos cuando nos unimos y vamos sacando adelante temas. Un tema que se trató últimamente aparte del sínodo fue la unión de dos arciprestazgos. Se escuchó a los sacerdotes y laicos de esos arciprestazgos, al Consejo de gobierno y después se llevó al del presbiterio donde votamos que se veía factible ese unión, sabiendo que ese votación era mente consultiva.
Órganos como este dejan de manifiesto que en la Iglesia se escuchan muchas voces que es sinodal no solo cuando hay un sínodo oficialmente convocado.
Si esto no se entendería la Iglesia que desde su origen es sinodal que necesita órganos como son el pastoral, el de consultores, el económico… No es un ente aislado que gobierna aisladamente, sino que intenta esa unidad para el bien de la Iglesia. En la Iglesia diocesana esos consejos, en este caso hablamos del presbiteral, es importante para su vida y para la del Obispo porque se siente ayudado y respaldado por su presbiterio. Lo importante es caminar juntos y unidos: presbíteros, laicos y diferentes carismas dentro de la Iglesia.