Nueva investigación sobre la Sala Capitular de la Catedral: «se trata de una construcción fortificada»

Publicado el 14/11/2025
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Nueva investigación sobre la Sala Capitular de la Catedral: «se trata de una construcción fortificada»

La Sala Capitular de la Catedral de Oviedo, levantada a finales del siglo XIII, es en su forma una fortificación medieval, una construcción de defensa que quería mostrar el poder y la autoridad del Obispo frente a las tensiones existentes en la época con la autoridad civil. Y lo que es más, está construido siguiendo un estilo conocido como plantagenet, propio del norte de Francia y de Inglaterra, unos territorios con los que Oviedo tenía estrecha relación porque, al contrario de lo que se pueda pensar, Oviedo es internacional hoy pero «ya era internacional en el siglo XIII». Es tal la similitud con otros edificios defensivos que pueden encontrarse grandes parecidos con edificios singulares como el castillo de Dover o incluso con la torre de Londres. Quien firma esta novedosa interpretación es Iván Muñiz, arqueólogo e historiador, que presentó este jueves, precisamente en la Sala Capitular de la Catedral, un estudio en el que ofrece una «relectura arqueológica y contextual» de la Sala Capitular de Oviedo.

En la presentación estuvo acompañado por el Deán de la Catedral, D. Benito Gallego y por el Canónigo Archivero, D. Juan José Tuñón, quien recordó que la Catedral es «un referente como primer templo de la diócesis, pero también por su patrimonio religioso, histórico, artístico, documental y cultural», y también señaló que el Cabildo «ha procurado acoger todo cuanto tenga que ver con un mayor y mejor conocimiento de todo el conjunto catedralicio de hecho, esta misma Sala Capitular ha servido en numerosas ocasiones para acoger actos relacionados con proyectos de estudio e investigación», estudios independientes, como este último, pero que sin duda contribuyen a realzar y poner en valor la rica historia y patrimonio del templo de San Salvador.

Otilia Requejo, Directora de Bienes Culturales en la diócesis, recordó también en el acto «la intensa actividad arqueológica desarrollada en el ámbito de la Catedral desde las décadas centrales del siglo XX», destacando especialmente la labor de José Fernández Buelta y Víctor Hevia en el Claustro y Palacio Arzobispal, posteriormente D. Emilio Olábarri, canónigo de la Catedral, que trabajó en el tránsito de Santa Bárbara o la labor de los años 90 con los arqueólogos César García de Castro y Sergio Ríos, así como la intervención más reciente, en el año 2020, del arqueólogo Juan Muñiz en el entorno exterior de Santa María del Rey Casto».

Iván Muñiz, el autor de la investigación, afirma que «siempre me pareció que la Sala Capitular tenía unas huellas tremendas, de gran calidad artística, valorada ciertamente como el punto de inicio de lo que es la nueva reconstrucción gótica del conjunto catedralicio, pero a mí siempre me parecía que había indicios de algo más», y eso a pesar de que, a lo largo de todos los cambios que ha ido experimentando la Catedral, «lo que era en origen fue enmascarándose a lo largo de los siglos, perdiendo o desvirtuando su naturaleza original».

Tras un largo estudio, no desde el punto de vista artístico, sino arqueológico, analizando la arquitectura del edificio «con ojos puros, con los ojos de un niño que lo ve por primera vez», el autor fue encontrando pistas de que quizá la Sala Capitular había sido creada en un estilo y con unos fines hasta el momento desconocidos. «Utilicé planos antiguos y fuentes que van mucho más allá de Asturias», explica. «Es fundamental ampliar el abanico e irnos hacia Europa. Esto, de hecho, de cara a propia diócesis, es esencial porque la de Oviedo era una diócesis internacional. Sus Canónigos y sus Obispos participaban en política internacional. Y siendo esto así, lógicamente, sus arquitecturas también tienen que ver mucho con un panorama más amplio que el de la ciudad de Oviedo, que el de Asturias o que incluso el del reino de Castilla León, o posteriormente Castilla. Esto era clave». «Busqué documentación en toda Europa y luego procedí a cotejar lo que yo había visto a través incluso del análisis de arqueología, de la arquitectura, que es ir casi piedra por piedra, muro por muro, con lo que se conocía de construcciones de la época. El edificio quería dialogar. Tenía mucho más que decir y lo acabo diciendo», afirma.

Para entender sus conclusiones, es necesario pensar en el contexto histórico. Un periodo en el que hay una tensión manifiesta entre el poder eclesiástico o religioso y el poder civil. «El obispado tenía que transmitir un mensaje, es decir, estaba en un momento de tensiones con la ciudad de Oviedo y Obispos formidables como Don Fredolo, uno de los grandes Obispos de la historia de Oviedo, de origen francés, vienen, de hecho, precisamente, a fortalecer esa autoridad episcopal que en ocasiones se está discutiendo. Y viene con el instrumento de la ley, es casi un personaje novelesco o quijotesco porque se la juega y se impone, defendiendo la ley a toda costa». En ese contexto, para el historiador y arqueólogo «se necesitaba una reconstrucción porque la Sala Capitular, al final, es un símbolo, el símbolo de San Salvador, del poder del Obispo y del poder, casi, del ejército de Dios que son los Canónigos, entonces tienen que reconstruir esa Sala Capitular y para ello van a optar por un tipo de arquitectura que están en boga en esos momentos, que son arquitecturas mixtas: es decir, siguen siendo religiosas, están dentro de un ámbito sagrado, pero al mismo tiempo son militares, son fortificaciones de lo sagrado, como digo, se extienden por toda Europa y tienen una gran escuela en el ámbito plantagenet, de la cultura que surge entre Inglaterra y Francia, ya desde el siglo XII y en el XIII alcanza el esplendor».

Aquí estaba la clave de este edificio. «Lo que tenemos en Oviedo, y esto es fundamental porque además le da un brillo tremendo al edificio, es un tipo de Sala Capitular que trata de desarrollarse a partir de modelos de lo que se denominaban donjons o torres fortificadas». «Lo que construyeron fue una obra maestra», afirma Iván Muñiz, y con un arquitecto que, a todas luces, conocía muy bien esa arquitectura fortificada europea o bien incluso procedía de allí. Con los años, el edificio fue abriéndose y adaptándose a la ciudad, lo que ha hecho que su carácter defensivo pase desapercibido. Pero en su día fue una arquitectura de vanguardia en Oviedo y hoy es la mayor construcción fortificada que se conserva en Asturias, procedente del mundo anglonormando.