“Centinelas de María” es el nombre del grupo de oración que acaba de nacer en la parroquia de San Martín de Turón, con el carisma de la espiritualidad de Lourdes. La parroquia acude cada año al Santuario mariano francés con la Hospitalidad diocesana, y a la vuelta de esta última vieron que era palpable una inquietud por continuar de alguna manera esta labor de ayuda a los enfermos y oración, por lo que, junto con el párroco, Enrique Álvarez Moro, hace tan solo unos meses decidieron dar el paso de “continuar viviendo en la parroquia nuestro Lourdes particular”.
Este Lourdes particular no puede ser reproducido al detalle en Turón, como es evidente: “no podemos ir por el pueblo con las camillas”, reconoce el párroco, “pero hay muchos enfermos que podemos ayudar de otra manera”, afirma: “llevarles a la Virgen o rezar con ellos el Rosario, por ejemplo”. Por ello, Centinelas de María nace “como una necesidad de oración y de compromiso apostólico después de haber ido como parroquia en peregrinación, al Santuario de nuestra Madre en Lourdes”.
“Nace como un grupo de formación, de oración eucarística, de intercesión de alabanza y de compromiso apostólico y asistencia caritativa”, afirma Álvarez Moro, y destaca que han decidido comenzar este año con una formación sobre la espiritualidad de Bernadette. Así se organizarán: primero la formación, después el rezo del Rosario, luego un tiempo para la adoración eucarística y finalmente ahondar en el compromiso apostólico, discerniendo “cómo podemos adoptar espiritual y materialmente a los enfermos de nuestro pueblo; cómo comprometernos en el rezo diario por las intenciones de María o cómo asistir, por ejemplo, a los pobres en la noche llevándoles una conversación, algo para cenar, abrigo para las noches de invierno”.
El grupo, que inicialmente surgió para aquellas personas que habían peregrinado a Lourdes y conocían la espiritualidad propia del Santuario, ha acabado abriéndose a todo el mundo, “porque todo el mundo puede conocer este movimiento, conocer la Hospitalidad, ser voluntario o peregrino y conocer todas las gracias que se derraman a través de ese lugar santo”, afirma el párroco, que puntualiza al mismo tiempo que “es un grupo parroquial sencillo, de oración y compromiso que busca, no salir de la parroquia, sino volver a ella y que nos lleve a todos a Cristo, dándole a todo la forma de Cristo, hasta en el dolor”.