Esta mañana de lunes ha tenido lugar, en el Palacio Arzobispal, una rueda de prensa de urgencia con motivo del fallecimiento, a primera hora del día, del Papa Francisco. Nuestro Arzobispo, Mons. Jesús Sanz Montes, compareció ante los medios de comunicación, acompañado por el Vicario General de la diócesis, D. Adolfo Mariño Gutiérrez, y el Vicario de Cultura y Relaciones Institucionales, D. Jorge Juan Fernández Sangrador.
En su intervención, Mons. Sanz se unió a la Iglesia universal en el dolor por la pérdida del Pontífice puesto que «no por esperada la noticia deja de conmover el fallecimiento del Santo Padre, al ser llamado por Dios para el encuentro eterno». Manifestó también que las banderas del Palacio Arzobispal ondean a media asta desde que se hizo pública la noticia y que las campanas de la Catedral, Covadonga y toda las iglesias de la diócesis tañeron unidas a las 12 del mediodía, en señal de duelo. Además, todas las comunidades cristianas ofrecerán misas en sufragio del Santo Padre y se celebrará un funeral en la Catedral, cuya fecha se hará pública una vez que haya tenido lugar el funeral
corpore insepulto en Roma.
Aunque aún «no hay perspectiva para una valoración serena y pormenorizada», dijo, quiso recordar que su llegada al pontificado, tras la renuncia del Papa Benedicto XVI y la herencia larga y fecunda de Juan Pablo II, marcaba «un reto que no ha sido fácil». Su opción pastoral quedó clara «desde la misma elección de su nombre como Sucesor del Apóstol San Pedro», Francisco, puesto que «San Francisco de Asís ha marcado una impronta decisiva como se ha visto en gestos y en textos de su labor papal».
Recordó el Arzobispo de Oviedo los gestos que dieron la vuelta al mundo de cercanía con «los descartados», ante los «rostros de pobreza y exclusión» y la «defensa preclara de inmigrantes, refugiados, los que han sufrido guerras o catástrofes naturales, entre tantos».
También hizo un repaso por algunos de sus textos más destacados, como las cuatro encíclicas: Lumen Fidei (que el mismo Papa recordaba haber escrito «a cuatro manos», porque había sido casi en su totalidad redactada por Benedicto XVI); Laudato Sii, Fratelli Tutti y la última, Dilexit nos; y también analizó algunas de las imágenes «para el recuerdo» que nos dejó el Papa Francisco, como su visita a Lampedusa «con motivo de los fallecidos en sus pateras ante las costas italianas», u otra «en plena pandemia», cuando se le pudo ver «caminando en solitario por las gradas de la plaza de San Pedro bajo la lluvia. Allí se veía –dijo– a un padre que asumía el dolor de la entera humanidad en aquellos instantes de tremenda incertidumbre, de miedo incluso». Entre las imágenes que recordaba, citó también una, el 8 de diciembre del año 2022, cuando «en la romana Plaza de España, en la oración ante la imagen de la Inmaculada, rompió a llorar desconsoladamente al no poder ofrecer a la Virgen en aquella tarde, la paz en Ucrania, como habría sido su deseo».
Finalmente, también expuso ante los medios el protocolo «bien experimentado ante las exequias de los Papas» que tiene la Santa Sede establecido, y que se puso en marcha esta misma mañana. El propio Papa Francisco lo había simplificado el pasado 2024 con su documento Ordo Exequiarum Romani Pontificis, por el cual el cuerpo del Papa será colocado en un sencillo ataúd de madera, «eliminando la tradición de los tres féretros», y también «se ha dejado sin efecto el velatorio privado en el Palacio Apostólico: el cuerpo será trasladado directamente a la Basílica de San Pedro y expuesto públicamente».
