Este domingo se celebra el Día de las personas sin hogar y con este motivo Cáritas pone en marcha la campaña «Nadie sin hogar 2024». En este pasado año 2023 se atendieron en Asturias a 1.550 personas en los diferentes dispositivos que Cáritas tiene para personas sin hogar, que son la Casa de Acogida Luis Rodríguez Casanova, de Avilés; la Comunidad Terapéutica de La Santina, en Gijón; la Red de Hogares (que cuenta con viviendas en Oviedo, Gijón, Avilés y Blimea); el Albergue Cano Mata y el CEA (centro para personas con problemas de drogadicción), estos dos últimos en Oviedo. Esta cifra supuso un aumento con respecto al año 2022, en el que se atendió a 1.056 personas. Por otro lado, el Albergue Cano Mata atendió en su servicio para externos (personas que no viven allí, pero que están en la calle o en infraviviendas) como duchas, lavado de ropa… a 396 personas en 2023, un significativo aumento con respecto a las 327 del año 2022. Zoraida Sienra es la responsable de los programas para personas sin hogar de Cáritas diocesana.
¿Cuál es el perfil de las personas que se encuentran sin hogar?
Abordan una diversidad y variedad muy amplia porque desde hace unos años no solamente no han desaparecido los perfiles con los que veníamos trabajando habitualmente, sino que han aumentado. Las problemáticas que arrastran las personas que acompañamos desde estos centros son muy comunes, muy actuales y que difícilmente se pueden abordar desde los dispositivos con los que estamos trabajando. Estos están acostumbrados a trabajar con personas con una trayectoria vital muy crónica y traumática, pero de un tiempo para acá vienen personas con una trayectoria muy corta de calle, con problemas de salud mental, adicciones, muchas personas jóvenes, violencia de género… Son una serie de problemas a los que intentamos adaptarnos diariamente cambiando metodologías y formándonos, pero que igualmente detectamos que no llegamos a responder exactamente a las necesidades que hace falta cubrir.
¿Cómo se trabaja desde estos programas?
Lamentablemente los recursos son escasos. Actualmente en Oviedo en el dispositivo desde el que trabajamos, el albergue municipal Cano Mata que gestiona Cáritas, cuenta con 64 plazas y a diario se trabaja con más de cien personas. Tiene un servicio de externos desde el que se atiende a un población muchísimo más amplia si la comparamos con el año pasado. Hablamos de una media de cincuenta personas al día que acuden a ese dispositivo y que son personas que son nuevas realidades con las que vivimos: jóvenes, afectados por algún problema de salud mental, personas que viven en infraviviendas, que no tienen cómo cubrir muchas de las necesidades básicas. Una de las cosas más alarmantes que se detectan en este dispositivo, o en otros como el que tenemos de vivienda con Red Hogares, es el gran aumento de personas que tienen empleos precarios y necesitan de un albergue para poder mantener mínimamente tanto a ellos como el trabajo porque difícilmente van a poder acceder a una vivienda digna con los ingresos que perciben de esos trabajos.
Zoraida Sienra, responsable de los programas para las Personas Sin Hogar de Cáritas diocesana
Cáritas siempre ha puesto el acento sobre la situación de vulnerabilidad de las personas que incluso trabajando no pueden subsistir.
El área laboral siempre la hemos tocado con las personas sin hogar porque no todo el mundo tiene el mismo nivel de cronicidad y con un acompañamiento puede llegar a sentirse una evolución y ver que las personas quieren y pueden acceder al mercado de trabajo. El problema es cuando ahora acuden a nuestros dispositivos personas que ya tienen un empleo que es mínimamente estable, pero del que no adquieren económicamente lo necesario para mantener una vivienda digna o cubrir sus necesidades básicas. Eso para los equipos de trabajo y de voluntarios es sumamente doloroso ver cómo una persona trata de ocultar la realidad de estar acogido en un albergue y para este intentar lidiar con la problemática del estigma social que se puede crear también es muy complicado. En el centro hay una media de quince personas que son incapaces de desengancharse de nuestros dispositivos porque no son capaces de acceder a una vivienda, esto es algo que también vemos en Red Hogares.
Cáritas, además de sus recursos prácticos y formación, es sobre todo acogida y acompañamiento.
Desde Cáritas siempre trabajamos con las personas de manera individualizada, pero desde hace tiempo flexibilizamos mucho nuestros dispositivos y nuestra manera de intervenir. Por ejemplo una persona que está sometida a una adicción y trata de salir de esta situación, las recaídas para Cáritas forman parte del proceso de recuperación. En ningún momento damos carpetazo a un asunto, ni se va a sepultar a nadie por ello, sí que marcamos tiempos para que una persona se conozca y detecte qué camino quiere seguir.
La formación para nosotros es un elemento muy importante, pero hoy en día ya no basta porque los problemas se entremezclan y nuestros dispositivos ya no están preparados para trabajar con determinados perfiles. El campo de la salud es un campo en el que no nos podemos meter porque no estamos ni preparados ni capacitados ni profesionalizados, pero no tenemos dónde tocar. Cuando nos referimos a personas sin hogar que arrastran problemas de salud mental producto de una vida de sinhogarismo combinada con consumos, actualmente ya no tienen a donde ir. Para nosotros tan importante es la formación como el carisma de entender que esto es producto de una vida y que esto es un camino largo lleno de emociones y vivencias muy dolorosas y con eso intentamos lidiar entendiendo el proceso de cada persona. La formación es importante, pero lamentablemente ya no nos da respuesta para todos los problemas. Una de las cosas que recoge la campaña es esa segunda persona en plural «caminemos juntos».
¿Cómo hacerlo?
Esta campaña ha sido creada con los propios afectados y nos cuentan la necesidad que tienen de ser acogidos y escuchados de otra manera. Para la nosotros la acogida, la escucha y la empatía son muy importantes, sin dejarnos llevar porque cuando un problema te absorbe puedes encontrarte con que no sabes cómo actuar. Y a las realidad que nosotros nos enfrentamos causan mucho impacto. La formación es importante, pero lo es también el saber estar y acompañar que es una de las cosas que estas personas demandan: «mírame, reconóceme, aquí estoy y yo también puedo hacer algo». Como dice el Papa Francisco vivimos en una sociedad de descarte y eso es algo que resalta la campaña. Hay muchas personas que vivimos en una situación que puede ser medianamente frágil, pero sostenida. En cambio hay personas que esa fragilidad nunca la han tenido y nunca se han visto sostenidas por nadie. En esta sociedad es muy difícil que estas personas puedan llegar a incluirse y lo que se pide en este campaña es precisamente es que se les abra camino y poder hacerlo juntos, que se les pueda llegar a conocer y generar una oportunidad de descubrir todo el potencial que pueden ofrecer a la sociedad. Romper esa barrera del descarte, si damos la oportunidad, sería posible.