La digitalización y los nuevos usos marcan el futuro de los depósitos de libros
“Nuevos escenarios para las bibliotecas, de la transformación de espacios a los contenidos digitales” fue el lema de las Jornadas técnicas de bibliotecarios de la Iglesia en España, que se celebraron la pasada semana en el Seminario de Oviedo, y fueron clausuradas este sábado oficialmente con una visita de sus participantes al Santuario de Covadonga y Cangas de Onís. Hace más de diez años que se celebra anualmente este encuentro de bibliotecarios de la Iglesia española pero esta era la segunda ocasión en que la sede no se ubicaba en Madrid. El año pasado los miembros de ABIE (Asociación de Bibliotecarios de la Iglesia en España) decidieron recorrer las diferentes diócesis para conocer de cerca la riqueza documental de la Iglesia, y la primera
elegida fue Córdoba, siendo Oviedo el siguiente destino, con gran éxito de público y con una excepcional acogida y organización, tal y como destacaron los participantes, “a pesar de que las comunicaciones con Oviedo no son sencillas”, manifestaron.
Las jornadas fueron inauguradas el miércoles por el Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz, quien recordó que en la “conservación responsable” de la gran cantidad de “legajos, bulas, rescriptos, incunables, y libros de tantos autores, tantos temas, tantas épocas”, “nos jugamos nuestro amor a la sabiduría que nos legaron nuestros mayores”. Así, destacó que “No somos los ratones de una biblioteca, sino sus custodios que tienen a bien convivir con todo ese cúmulo de saberes”.
Y recordó Mons. Jesús Sanz en la inauguración que precisamente por ello “no queremos ni olvidar, ni descuidar, por fidelidad a esta preciosa herencia recibida y por amor a la tarea inacabada y presente en nuestros días”.
En las jornadas colaboraron instituciones como la Universidad de Oviedo, donde el director de su biblioteca, Ramón Rodríguez Álvarez, participó con una ponencia sobre “Los incunables de nuestras bibliotecas universitarias”, y tuvo lugar además una visita guiada a la misma. Otras universidades presentes fueron la Pontificia de Salamanca o la de Navarra, quienes compartieron sus experiencias en una mesa redonda.
En las jornadas se plantearon cuestiones de actualidad como el uso de las RDA en entornos de bibliotecario, cuestión que describió Ricardo Santos Muñoz, director del Departamento de Proceso Técnico de la Biblioteca Nacional de España, y a lo largo de las mismas se incidió notablemente en el ámbito de la digitalización, proceso en el que tantos archivos y bibliotecas se encuentran inmersos hoy en día.
Esta realidad de la digitalización y la transformación de las bibliotecas en espacios diversos a los que hasta ahora habían sido es un hecho cada vez más frecuente. Algo que viene dado por “las necesidades de las bibliotecas en general, y las eclesiásticas por supuesto, de avanzar en todo lo que sea digitalización y automatización –destacaba Francisco José Cortés, director de ABIE–. Y una de las consecuencias que ha tenido este proceso ha sido la pérdida del valor de los fondos impresos. Por eso, muchas de estas bibliotecas se están reinventando, ofreciendo a la sociedad sus instalaciones y sus salas; porque donde antes había libros, ahora hay nuevos espacios para realizar otras actividades”.
La Iglesia cuenta con un gran número de archivos y bibliotecas diocesanos, de escuelas, de universidades, cada una con diferentes problemáticas y ámbitos de trabajo. Pero lo cierto es que exceptuando las universitarias, que suelen contar con amplio presupuesto y personal, las eclesiásticas responden a un perfil parecido, tal y como reconoce el propio director de ABIE: “Pequeñas en cuanto a personal y presupuesto, con grandes y relevantes instalaciones, y sobre todo, con valiosas colecciones patrimoniales”. Es el caso de la biblioteca del Seminario de Oviedo, catalogada como la tercera más importante de Asturias, con un imponente fondo histórico que comienza en el siglo XVI y con una sala noble que no se queda atrás en belleza.
La comisión de patrimonio
Además del intenso trabajo particular de las diócesis, la Comisión de Patrimonio de la Conferencia Episcopal Española se preocupa de coordinar los trabajos que se van llevando a cabo, y muy especialmente de proporcionar formación a los responsables de estas instituciones. Para ello cuentan con diferentes asociaciones especializadas como son las de bibliotecarios (ABIE), pero también de archiveros y de museólogos.
El director de esta Comisión de Patrimonio, Pablo Delclaux, reconoce que el sostenimiento del patrimonio de la Iglesia, en toda su amplitud –artístico, documental, bibliográfico e incluso musical– es “un esfuerzo que llevamos siglos haciendo, no es nada nuevo, y pensamos seguir haciéndolo durante muchos más siglos”. Sin embargo, se impone cada vez más formarse en las nuevas técnicas y conocimientos para “crecer en sabiduría específica en cada uno de los campos”.
A lo largo de los años el mantenimiento del patrimonio de la Iglesia ha ido evolucionando, y creciendo tanto en conservación, como en difusión, “porque es necesario dar a conocer todo lo que tenemos, es parte de esa misión de anunciar el Evangelio –reconoce Pablo Delclaux–. No se trata sólo de tener libros y de guardarlos, sino que la verdad hay que darla a conocer. En nuestras bibliotecas no solo tenemos libros de teología, sino también de historia, de ciencia, de medicina etc. Nuestra misión es conservarlo, crear nuevo patrimonio y difundirlo”.
“Cada vez vamos avanzando en nuestros conocimientos –asegura el director de la Comisión de Patrimonio de la Conferencia Episcopal–. En las bibliotecas contamos con personal cualificado, pero también para la restauración, y en los archivos”. “Hoy en día –afirma– todo el mundo sabe que para restaurar obras de arte se necesita gente que tenga una cualificación académica, porque no sólo es importante el conocimiento de lo que hay que hacer, sino también el criterio adecuado para saber hasta dónde llegar”.
El éxito de estas jornadas y la acogida por parte del Seminario, que albergó el encuentro, ha propiciado que la ciudad sea la próxima sede, en el mes de junio, de las Jornadas nacionales de Patrimonio de la Iglesia, donde acuden cada año expertos de todas las diócesis.