El pasado viernes tenía lugar, en el salón de actos de la Basílica de San Juan El Real, en Oviedo, la presentación del Informe sobre la Libertad Religiosa en el Mundo, que la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada elabora cada dos años y presenta públicamente en las diócesis. El acto, presidido por el Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz Montes, contó con la ponencia del Asesor Jurídico de la Fundación, Javier Linaza y con el testimonio del sacerdote nigeriano P. Patrick Akpabio.
En su presentación, Mons. Sanz recordó los inicios de esta institución, creada en la abadía premonstratense belga de Tongerlo por el Padre Werenfried van Straaten, quien «salía al paso de una necesidad patente, tras el horror de una guerra, en este caso la II Guerra Mundial, para intentar sacar del hambre, la indigencia y la ignorancia de Dios a tantas personas, tocadas y hundidas. Desde entonces Ayuda a la Iglesia Necesitada –afirmó Mons. Sanz– ha seguido dibujando estos mapas del testimonio con la historia de los testigos. Es una buena noticia poder asistir a esta presentación de la memoria de estos dos últimos años de trabajo apasionado por amor a Cristo en nombre de la Iglesia, cercanos de quienes son perseguidos por su fe».
Y es que, junto con la labor de apoyo a las comunidades religiosas en los países en desarrollo y en aquellos en los que se ve afectada por el desplazamiento forzoso, las catástrofes o muy especialmente la persecución, Ayuda a la Iglesia Necesitada elabora cada dos años un informe en el que se da a conocer la situación que vive la Iglesia en muchas partes del mundo donde es perseguida y donde resulta realmente «difícil» ser cristiano. En su exposición, Javier Linaza recordó que el informe recoge el estado de la libertad religiosa en el mundo en general, «aunque, por desgracia, la religión más perseguida es la cristiana».
«¿Es la libertad religiosa un derecho humano en caída libre? –se preguntaba Linaza–. Conforme se dice en la Declaración de los Derechos Humanos de 1948, toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión. Este hecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar la religión o su creencia individual o colectivamente, tanto en público como en privado, como la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia. Siempre que se habla de libertad religiosa –afirma el Asesor Jurídico de Ayuda a la Iglesia Necesitada–, esto va unido al concepto de la libertad de pensamiento, de conciencia y de Religión. La libertad religiosa no es que uno pueda creer en el más allá y ya está, sino que la libertad religiosa implica un estilo de vida, una forma de enfocar la vida, un desarrollo humano concreto con una visión trascendente de la vida y eso es lo que hoy está en juego en el mundo».
La libertad religiosa, por otro lado, es algo que siempre ha preocupado a la Iglesia, como se puede ver en tantos documentos y declaraciones de los últimos Pontífices como Pablo VI, san Juan Pablo II, Benedicto XVI y también del Papa Francisco, que afirmó que «la paz exige que se reconozca universalmente la libertad religiosa. No puede haber paz sin libertad religiosa. La falta de libertad en muchos países es el comienzo de la falta de libertad de otros muchos derechos, porque la libertad religiosa es un derecho fundamental, inherente al ser humano».
Los asistentes a la presentación pudieron analizar el que la institución denomina el «Mapa de la Vergüenza», donde aparecen algunos países coloreados en rojo y otros en naranja. Los países en naranja son aquellos en los que existe discriminación religiosa. «Esto significa que por el mero hecho de profesar una creencia u otra, o ninguna, una persona va a estar condicionada para poder acceder a la sanidad, acceder a un cargo público, en definitiva, a poder desarrollarse como persona reconocida socialmente», explicó Javier Linaza. En rojo aparecen señalados los países en los que se da un paso más allá en la discriminación, y ya se habla de «persecución: es decir, que por el mero hecho de profesar una religión, de tratar de ser coherente con unas creencias, uno se juega la vida. Literalmente, no es una expresión sin más. En estos países se producen asesinatos, secuestros, violaciones, por motivos religiosos. Porque no se considera admisible que una persona, que un colectivo, profese una fe determinada». Además, el mapa recoge una serie de flechas al lado de ciertos países, que señalan si la situación ha mejorado o no respecto al último informe. «Por desgracia, la mayoría las flechas van hacia abajo. Es decir, que la situación ha empeorado», reconocía Linaza.
El informe presentado recoge la situación de los 196 países que actualmente se considera que hay en el mundo. En 28 de ellos hay persecución por motivos religiosos, una cifra que supone el 14% de los países del mundo. En 33 de ellos, hay discriminación, es decir, el 17% del total. «Si traducimos estas cifras a personas, es decir, si les ponemos rostros a los números, estamos hablando de casi 4.900 millones de personas, el 62,5% de la población mundial, que vive en países con violaciones graves o muy graves en torno a la libertad religiosa. En casi un tercio de los países del mundo no se respeta la libertad religiosa», explicó Javier Linaza.
Entre otras cosas también se analizó el perfil de los que atacan hoy la libertad religiosa en el mundo, subrayando tres grandes focos. Por un lado, los nacionalismos étnicos religiosos, donde destaca principalmente la India. El segundo foco es el extremismo islamista, que afecta a 21 países en los que viven 1.100 millones de personas. Y el tercer foco de ataque a la libertad religiosa son los gobiernos autoritarios. «A los autócratas no les gusta la libertad y menos la libertad religiosa, que como hemos dicho, es el principio y fundamento de otras libertades», afirmó Linaza. En este sentido, destacó el caso de Nicaragua, por primera vez un país en Latinoamérica destacado en color rojo. Hasta ahora estaban en naranja países como Venezuela o Cuba, pero en este informe se ha incluíido Nicaragua, donde durante el periodo estudiado han tenido lugar tensiones y hostilidades entre el Gobierno y la Iglesia católica, desde que los líderes eclesiásticos, durante las protestas de la sociedad civil de 2018, denunciaran abusos contra los derechos humanos y el debilitamiento de la democracia.