En Puerto de Vega, Protección Civil solicitó a la parroquia colaboración para poder llevar a cabo su labor de apoyo a la población más vulnerable en este momento. “Me llamaron para ver si podíamos reunir a voluntarios de los grupos parroquiales, de Cáritas y Acción Católica. Estamos unos siete ayudando para llevar medicinas y alimentos a gente mayor y dependiente que no puede salir de casa”, explica Pedro Fernández García, párroco de Santa Marina. Una cercanía que no solo se limita a lo material ya que quienes hacen uso de este servicio “están preocupados y con incertidumbre de saber cuánto va a durar esta situación y se siente muy reconfortados de saber que estamos pendiente de ellos: poder verlos y charlar un rato con ellos para darles un poco de esperanza y de consuelo”. Hasta hace una semana junto con el párroco de Villayón, ambos capellanes del hospital de Jarrio, llevaban a cabo la iniciativa de llevar cartas de los familiares a los enfermos, pero esta labor se ha visto interrumpida por las indicaciones del centro por la posibilidad contagios.
La radio se ha convertido también en un importante vínculo de unión y cercanía, pensando en la gente mayor que no dispone o no se maneja con las nuevas tecnologías, gracias a una pequeña emisora que se escucha en la localidad y desde la que el sacerdote cada día celebra la misa (a diario a la seis de la tarde, los sábados a las siete y el domingo a la una): “Ya la usábamos antes los domingos, pero ahora lo hago todos los días para que vean y sientan al Señor y que celebren la fe. Les digo que estamos haciendo parroquia, como los primeros cristianos que se reunían en sus casas a rezar y celebrar la eucaristía que es lo que nos toca ahora a nosotros”, comenta, “los cristianos celebramos la misa y vamos a misa. Les explicaba que la palabra misa viene de cuando se celebraba en latín ite, missa est: id a la misión. Y ahora que no podemos celebrar presencialmente la misa, tenemos que ir a la misión: ayudar y acompañar al prójimo dentro de las posibilidades”.
Su página de Facebook también se ha convertido en un lugar en el que comentar el Evangelio, una iniciativa que está llegando cada vez a más gente que también necesita este tipo de acompañamiento: “Acudimos al Señor que es el que escucha nuestro clamor y es el que nos da calma y paz. Es un diálogo y la palabra de Dios nos dice lo que tenemos que hacer, nos da fuerza, consuelo y esperanza. Mi pretensión es dar tranquilidad, calma y unidad a partir del Evangelio del día y la gente lo agradece muchísimo, comentan que les reconforta”. También las fotos de la parroquia, de las imágenes que tanta devoción tienen es algo que a los feligreses les gusta ver y agradecen, al tiempo que le trasmiten a su párroco el sentimiento de tener “muchas ganas de ver a la gente de todas las parroquias, de poder reunirse en la eucaristía”.