Es llamativo, pero a lo largo de estos meses, un buen número de parroquias de Gijón están celebrando su cincuenta aniversario, medio siglo de vida compartiendo y viviendo la fe entre los fieles de sus propios barrios. Una de ellas es la parroquia de Nuestra Señora de Begoña, en pleno centro de la ciudad. El 22 de noviembre de 1970, fiesta de Cristo Rey, nacía la parroquia de Begoña. Días antes, el 30 de octubre, el entonces Arzobispo de Oviedo, Mons. Gabino Díaz Merchán, había firmado un decreto por el cual, la antigua capilla de Begoña se convertía en parroquia. Al frente se encontraban los padres Carmelitas, que habían llegado a Gijón en el año 1928. “En la calle Caveda tenían un local para vivir y ayudaban en la parroquia de San Lorenzo”, explica el padre Fidel Hernando, párroco actual de Nuestra Señora de Begoña, que recuerda que asumieron la responsabilidad de la entonces capilla de Begoña en el año 1934, al ser expulsadas en 1931, durante la II República, las religiosas reparadoras, encargadas de cuidarla hasta el momento.
Lo cierto es que la advocación de Nuestra Señora de Begoña no es propiamente asturiana, y la tradición cuenta que fueron unos marineros de Vizcaya, que iban a pescar a Terranova, los que, al verse en peligro envueltos en una tempestad, acudieron a su patrona, prometiéndole dedicarle un templo en el primer lugar donde recalasen, si llegaban con vida. Y fue en las cosas de Gijón. Actualmente, existe documentación que prueba que ya en el siglo XVIII había una capilla en la ciudad dedicada a la Virgen de Begoña.
Ubicada en pleno centro, podría tildarse como la parroquia “más madrugadora”, porque abre sus puertas a las siete y cuarto de la mañana. Y un goteo incesante de personas pasan por ella, bien a hacer una visita, bien a participar en la eucaristía.
“Es un privilegio, el hecho de que pase tanta gente por el templo”, señala el párroco, que añade, además, que “la comunidad es muy comprometida”, estando activos “los grupos carmelitas típicos nuestros que suponen un gran aporte para la ciudad desde nuestro carisma, como el Carmelo Seglar, la Cofradía de El Carmen o el Grupo de Oración Teresiana, y también otros grupos habituales en las parroquias, como el grupo de reflexión de Biblia, el de Liturgia, o el grupo Misionero Santa Teresita, que está muy comprometido”.
Junto a ellos, destaca también el “Hogar”, que en estos últimos tiempos tuvo que ser suspendido a causa de la pandemia. “Los miércoles, sábados y domingos por la tarde, se reúnen en torno a 95 ó 100 ancianos, que pasan el rato allí, distrayéndose, jugando, y es un momento muy bueno e interesante porque así salen de casa y socializan entre ellos, se sienten activos y hablan con personas de su edad”.
La pandemia ha obligado a posponer las celebraciones del 50 aniversario de la parroquia, pero en el deseo de su párroco, de la comunidad de carmelitas y de todos los fieles se encuentra celebrarlo como se merece. Como también tendrá su momento señalado ese Año de San José que, el pasado mes de diciembre, instauraba el Papa Francisco para este 2021, y que tanta importancia tiene en la congregación, debido a la devoción que le profesaba Santa Teresa.