(En la foto, de izquierda a derecha: Fátima Zidán, Gabriel Yai Kuol y Eloína Bermejo, responsable de Cooperación Internacional en Cáritas Asturias)
Gabriel Yai Kuol Arop, Director de Cáritas de Sudán del Sur, participó hace unos días en un encuentro con voluntarios de Cáritas diocesana de Oviedo para dar a conocer la realidad del país a través de los proyectos que Cáritas Asturias ha apoyado en el último año. Llegaba a Asturias acompañado por Fátima Zidán, responsable de cooperación internacional de Cáritas Española en el Cuerno de África, conocedora en profundidad de la situación en la zona. En entrevista para nuestra publicación diocesana Esta Hora y para el programa El Espejo de Cope Asturias, Gabriel Yai afirmó que la situación en Sudán del Sur no es lo suficientemente conocida a nivel internacional, por lo que apeló a la necesidad de que los medios de comunicación se hicieran eco de la misma. Sus principales necesidades, afirmó, son «tener un buen gobierno que sepa dirigir a las personas hacia una buena dirección, porque la población lleva sufriendo muchos años la guerra, y después del pacto de paz, conflictos entre comunidades». «Tenemos que reconciliarnos entre los diferentes grupos –dijo– hay mucho trabajo que hacer». Agradeció profundamente la ayuda prestada por Cáritas Asturias en colaboración con el Ayuntamiento de Oviedo, que logró paliar una situación crítica causada por la sequía el año pasado en la diócesis de Torit, y recordó como un momento especial la visita, el año pasado, del Papa Francisco a su país. Un acontecimiento que la gente vivió «con gran felicidad». Allí, el Pontífice trasladó un mensaje «de paz y de unidad» muy claro, que lamentablemente, no ha sido refrendado por los políticos a día de hoy. En su mensaje en esta visita, el Director de Cáritas de Sudán del Sur afirma que necesitarían «intercesión de los políticos a nivel internacional», para que los problemas en su país puedan ser solucionados. «La gente necesita una guía para evitar más conflictos», reconoció.
Pero ¿cómo es Sudán del Sur? Fátima Zidán explica que se trata del país «más joven de la tierra: nació en 2011 después de independizarse de Sudán, que hoy en día está inmerso en una terrible guerra». Con el nacimiento de Sudán del Sur, nació también Cáritas Sudán del Sur que, como organización «es también, por tanto, la Cáritas más joven de la tierra». «Sudán del Sur es un país situado entre la franja sur del Sahel, Maseca y la zona tropical del centro de África –explica Fátima–. Atravesado por el Nilo Blanco, es un país de oportunidades, con recursos naturales, con petróleo y con un potencial agrícola muy grande, pero es un país que necesita pacificarse». Y es que después de independizarse, pasó en 2013 por una guerra civil y desde 2018 «existen unos acuerdos de paz que están tratando de pacificar el país, de ordenarlo y de llevarlo hacia una democracia en construcción, pero que al menos permita a la gente vivir de una manera más pacífica y poder salir de determinadas emergencias que se producen fundamentalmente por conflictos entre grupos armados o entre comunidades rivales entre sí».
Sudán del Sur es predominantemente pobre. «Hay una gran necesidad de ayuda –explica Fátima–, de asistencia humanitaria en todos los sectores, prácticamente, en todos los órdenes de la vida que competen a la supervivencia. Hay inseguridad alimentaria por falta de alimentos, de acceso al agua potable; es imposible tener un medio de vida ordenado, puesto que muchas zonas agrícolas del país no se pueden cultivar porque las familias no pueden salir a los campos, hacerse cargo de sus propios recursos, ante la falta de protección para los menores, para las mujeres también». «La violencia de género en estos países en conflicto es un arma de guerra», reconoce Fátima Zidán, lo que provoca que estén «tanto las mujeres como las jóvenes, muy expuestas». Con todos estos ámbitos trabaja Sudán del Sur.
Cáritas en Sudán del Sur está organizada en siete diócesis. Las delegaciones diocesanas trabajan allí, al igual que sucede en España, en colaboración con su red parroquial, lo que ayuda a hacer llegar la solidaridad y los programas de ayuda hasta el último rincón del país. «La necesidad es muy grande –destaca Fátima–, pero Cáritas Sudán del Sur, de acuerdo a los valores y a la misión de Cáritas, que es atender y estar con los más pobres de entre los más pobres, tiene un objetivo, que es llegar en este año al menos a 70.000 hogares muy vulnerables en todo el país». Los objetivos fundamentales son «salvar vidas», evitando la malnutrición, dando una oportunidad de recuperación a las familias que tienen dificultades porque han sido desplazados, porque en sus lugares de origen han tenido algún ataque, o porque sus medios de vida han fallado, como es el caso de la pertinaz sequía que ha asolado una zona del país, emergencia de la que se hizo cargo Cáritas diocesana en colaboración con el Ayuntamiento de Oviedo. Cáritas trabaja en todos estos casos con programas «multisectoriales», dando prioridad a los alimentos de emergencia, el apoyo a la recuperación de los medios de vida (proporcionando semillas, aperos agrícolas, pequeños animales etc.) y muy especialmente también, ayudando en la construcción de la convivencia pacífica a nivel comunitario. «Cáritas prioriza el apoyo psicosocial a las personas que llevan mucho tiempo conviviendo con la violencia, que han sufrido traumas personales y que no tienen la oportunidad de pararse a gestionar su trauma, ni están siendo ayudados para una conveniente recuperación», explica Fátima. En este sentido Cáritas Sudán del Sur tiene un programa en colaboración con Caritas Italiana y con una organización especializada en Salud Mental que se llama ANREF, para detectar a nivel comunitario estas «personas o grupos familiares que hayan podido estar afectados por un trauma no gestionado, identificarlos dentro de la comunidad y poder referirlos, enviarlos a un apoyo psicológico clínico en las instituciones, en los 25 centros que en estos momentos Caritas de Sudán del Sur está gestionando».
Respecto a la ayuda de emergencia que el pasado año gestionó Cáritas diocesana de Oviedo, esta se centró en la diócesis de Torit, situada en el sudeste de Sur Sudán, en la zona tropical del país, que curiosamente es la más fértil del país. Sin embargo, el año pasado, experimentó una sequía atroz, que afectó muy especialmente a todo el este de África: Somalia, este de Etiopía, este de Sudán, este de Sudán del Sur, y el este de Kenia. «Toda esta zona, que es semiárida, se vio muy afectada por la sequía», explica la responsable de Cáritas española en el Cuerno de África. «Aunque el condado de Torit se sitúa en la franja tropical, la sequía ha sido tan fuerte que las familias vieron que sus cosechas de cereales, el alimento básico allí, se secaron totalmente, y no hubo grano para recoger». Cáritas de Sudán del Sur solicitó ayuda a la red internacional y Cáritas Oviedo respondió al llamamiento, solicitando una subvención a la Concejalía de Cooperación del Ayuntamiento de Oviedo. «Se presentó un proyecto para atender a 500 hogares muy vulnerables en el condado de Lafón y el ayuntamiento respondió positivamente, de manera que, junto con los recursos aportados desde Caritas Asturias y la subvención recibida por el Ayuntamiento de Oviedo, se ha podido atender a 540 hogares muy vulnerables con una distribución que se acaba de realizar a principios de este mes, de ayuda alimentaria de emergencia, compuesta por una canasta básica de alimentos que sigue estándares nutricionales internacionales, de manera que se aporten: carbohidratos; ácidos oleicos; proteína vegetal y sales minerales en la forma de harina de maíz; judías secas; aceite vegetal; azúcar y harina. Con estos elementos las familias pueden remontar su situación de crisis y evitar entrar, sobre todo los menores, en una situación de malnutrición, que después es muy difícil recuperar». Así, las familias tienen medios para aguantar hasta su siguiente cosecha, recuperar sus medios de vida y superar esta crisis.