Oviedo acogió el miércoles 19 una nueva sesión del ciclo de conferencias organizado por el RIDEA con motivo de la apertura del Arca Santa de Oviedo en el año 1075. La ponencia contó con la presencia de D. Juan José Tuñón Escalada, coordinador del ciclo, y fue impartida por la Dra. Otilia Requejo Pagés, directora del Museo de la Iglesia en Asturias, quien abordó, a través de los testimonios arqueológicos conservados, cómo era la ciudad de Oviedo en el momento de la visita de Alfonso VI en el siglo XI.
Requejo contextualizó la figura de Alfonso VI, quien, tras la muerte de Fernando I, asumió el trono de León en 1065, reunificando posteriormente los reinos de su padre y proclamándose rey de León, Castilla y Galicia en 1072. Explicó que su reinado estuvo marcado por una intensa actividad política y militar orientada a fortalecer la hegemonía leonesa, avanzar la frontera hacia el sur y consolidar su autoridad sobre un territorio cristiano en expansión.
Integró al reino de León en la órbita de la Cristiandad europea y en este marco se inscriben decisiones clave como la convocatoria del Concilio de Burgos, en 1080, la introducción de nuevas órdenes religiosas y la apertura a corrientes artísticas y culturales europeas, que impulsaron el desarrollo del arte románico y la difusión del canto gregoriano.
En el año 1075, el monarca gobernaba un territorio cristiano en ascenso frente a una península fragmentada en una veintena de taifas musulmanas, y vivía ya el nuevo escenario bélico que culminaría en la conquista de Toledo en 1085.
La conferencia situó también el papel de Oviedo en este contexto. Tras dejar de ser capital del reino a la muerte de Alfonso III y perder con ello su relevancia política, la ciudad pasó a ocupar una posición periférica, conservando, sin embargo, un notable peso simbólico. Asturias seguía siendo un territorio de referencia para la monarquía leonesa, sede del Panteón de los Reyes en Santa María del Rey Casto y refugio seguro para reinas, nobles y para el depósito de tesoros y reliquias.
Requejo apuntó que en su visita a Oviedo en 1075 para asistir a la solemne ceremonia de la apertura del Arca Santa de la Reliquias en la Cámara Santa de la Catedral, Alfonso VI estuvo acompañado de un séquito de alrededor de un centenar de personas, integrado por familiares, dignatarios, obispos, militares y figuras tan relevantes como Rodrigo Díaz de Vivar.
La realidad de la ciudad de Oviedo en ese momento se puede interpretar a partir de la información que suministran las fuentes documentales y la que aporta la arqueología cuyo desarrollo en las últimas décadas ha contribuido a un mayor y mejor conocimiento del Oviedo medieval.
La ponente describió los distintos sectores urbanos del Oviedo del siglo XI: el núcleo eclesiástico episcopal y monacal: San Salvador, Santa María y la Cámara Santa, y los monasterios de San Pelayo y San Vicente; los restos vinculados a la fortificación altomedieval atribuida a Alfonso III y los espacios palatinos relacionados con los monarcas de Asturias.
La arqueología ha revelado también una ciudad formada por áreas urbanas y rurales donde palacios, iglesias y fortalezas conviven con viviendas rurales y caseríos.
Especial relevancia tuvieron los espacios funerarios de la undécima centuria documentados en el solar del monasterio de San Vicente, que han permitido conocer aspectos de la vida cotidiana, salud, trabajos y movilidad de la población a través de estudios osteológicos y dataciones por carbono 14.
Por otro lado, los estudios palinológicos presentados en la conferencia aportan una visión ambiental del Oviedo del siglo XI, revelando un paisaje caracterizado por una cobertera arbórea en retroceso, con presencia destacada de castaño, pino y bosques de ribera. Los análisis del polen identifican también marcadores antrópicos que evidencian la práctica actividades agropastoriles, así como espacios frecuentados por ganado y seres humanos. Estos indicadores permiten detectar áreas de habitación, escombreras y procesos constructivos, mostrando cómo, a lo largo del siglo XI, la presión humana sobre el entorno se mantuvo e incluso se intensificó, en paralelo al aumento de edificaciones en la ciudad.
La conferencia concluyó subrayando el carácter multidisciplinar de la arqueología actual, capaz de reconstruir no solo estructuras y estratos, sino paisajes, prácticas agrícolas, actividades constructivas y formas de vida en el Oviedo del siglo XI.