El Jubileo del 2025, el Primer Anuncio o la formación, algunas de las claves de trabajo para el curso que viene

Publicado el 21/06/2024
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El Jubileo del 2025, el Primer Anuncio o la formación, algunas de las claves de trabajo para el curso que viene

El domingo por la tarde comenzaba, en Covadonga, el Encuentro de Programación en el que se daban cita junto con el Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz, los Delegados episcopales, los Vicarios y los Arciprestes, para analizar el trabajo del curso pastoral que finaliza y plantear los nuevos retos y objetivos del próximo. Un encuentro en el que se convoca, como decía el propio Mons. Sanz «a las diferentes vocaciones cristianas, los pastores con nuestro ministerio, la vida consagrada con sus carismas y los laicos con su compromiso bautismal intramundano, en el que están representados, con los delegados, los distintos sectores pastorales de una iglesia particular y con los Vicarios y Arciprestes, nuestro territorio, que tiene una geografía tan variopinta como a veces dispersa: los 300 km de costa, las cuencas mineras y los pueblos de alta montaña, junto con las villas y las ciudades que están representando nuestros distintos lugares de convivencia en donde anunciamos la Buena Nueva de Jesús».

El Arzobispo de Oviedo agradeció especialmente la labor del Vicario de Pastoral, Antonio Vázquez, de «coordinación, animación y de compilación de los resultados» del encuentro, que llevaba meses preparándose entre los participantes.

La presentación de todos los trabajos se hizo a través de las Comisiones en las que están agrupadas las diferentes Delegaciones. En nuestra diócesis hay una Comisión de Transmisión de la Fe; otra de Caridad y Servicio; de Comunión Eclesial y otra de Cultura y Comunicación. Cada Delegado episcopal había realizado previamente una labor de exposición de objetivos a llevar a cabo en un plazo de tres años, labor que llevó a cabo también un Arcipreste, con la idea de plantear también en los arciprestazgos un esquema de trabajo para el futuro. Se trataba, en definitiva, de «un planteamiento común para todos, que vaya abriendo camino de cara a hacer un plan pastoral para los próximos tres años», tal y como reconocía el Vicario de Pastoral, Antonio Vázquez.

Un moderador elegido por cada Comisión fue el encargado de exponer ante los asistentes un resumen de todas las propuestas, y al finalizar el encuentro, se votaron una serie de objetivos comunes para llevar a cabo. Las propuestas presentadas por los Delegados se encuadraban en tres dimensiones: la Dimensión Universal de la Iglesia, especialmente en cuanto al Jubileo del próximo 2025; el ámbito de la Iglesia española, teniendo presentes las conclusiones del Congreso de Laicos 2020, que proponía una serie de líneas de actuación comenzando por el Primer Anuncio y finalmente la Iglesia particular, la Iglesia asturiana, que también tiene objetivos propios de cara a los próximos tres años, con el acompañamiento y la sinodalidad de fondo.

Entre los objetivos comunes que se debatieron al finalizar, se encontraban, a nivel de Iglesia universal, el Jubileo «Peregrinos de la Esperanza», propuesto por el Papa, que marcará indudablemente la actividad del año 2025, y cómo los diferentes sectores de la Iglesia asturiana organizarán sus peregrinaciones, aunque habrá una principal para la gran mayoría. «También hablamos de difundir la catequesis previa del Año Jubilar en nuestra Iglesia local, explica Antonio Vázquez, y de los distintos momentos de formación, para laicos y para sacerdotes, que se van a llevar a cabo. Se presentó la propuesta de tener cuatro encuentros por arciprestazgos, con un material básico en el que se abordan las cuatro Constituciones fundamentales del Concilio Vaticano II, que son referencia para el próximo año y que creo que es una iniciativa muy interesante para acompañar y seguir formando a los laicos también», explicó el Vicario de Pastoral. «También tendremos distintos encuentros de oración y reflexión en los conventos de clausura, algo que veíamos muy importante. Se habló de hacerlo en los conventos de clausura de la diócesis, o también se hablaba de hacerlo en Unidades Pastorales o arciprestazgos. El ámbito de realización hay que darle todavía una vuelta, se hablará en el colegio de arciprestes, pero es una iniciativa que se valoró muy positivamente».

Diego Macías, arcipreste de Covadonga, presentó una programación similar a la de las Delegaciones, en la que un arciprestazgo funciona como una Unidad Pastoral. Una propuesta que «puede ser una luz para otros», destaca el Vicario de Pastoral, porque «muchas veces denominamos Unidad Pastoral a una federación de distintas parroquias, que se hace posible gracias a la generosidad de muchos sacerdotes y del Pueblo de Dios que va entendiendo que nuestra Iglesia necesita otra forma de reestructurarse, y que esa nueva estructura sea un motivo de alegría y no algo que es un peso que no podemos llevar. Esto es algo importante que tenemos que ir destacando: ver a la Diócesis, a las Vicarías, a los Arciprestazgos como una Unidad Pastoral, con el mismo trabajo que la Curia y las Unidades Pastorales como referencia».

«Hay que dar un impulso», reconoce el Vicario de Pastoral. «Todos tenemos que arrimar el hombro y buscar crear cauces de esperanza unos con los otros, abrir nuevos caminos», expresa, convencido de que «este proyecto que tenemos entre manos puede ayudar a crear esperanza, a evitar desánimos, a crear comunión, algo muy importante». En este sentido, destacó como muy positiva la «actitud y la forma de trabajar de estos últimos meses», que «creo que todos nos hemos dado cuenta de que es algo positivo», afirmó, porque «a Covadonga ya fue un trabajo muy bien hecho, fruto de mucho esfuerzo y de encuentro de los Delegados y de los Arciprestes, que hay que valorar y decirlo, porque creo que hemos encontrado el camino correcto a seguir».