Este viernes, 7 de octubre, distintas organizaciones de la Iglesia se unen para celebrar conjuntamente la Jornada Mundial por el Trabajo Decente bajo el lema “Sin compromiso no hay trabajo decente.” El departamento de Pastoral del Trabajo de la Conferencia Episcopal Española se ha unido a la celebración de esta Jornada y ha hecho público un mensaje en el que recuerda que “estamos llamados a construir un nuevo futuro del trabajo fundado en condiciones laborales decentes y dignas”.
Con este motivo, se nos invita a que «conmemoremos este día visibilizando las situaciones de precariedad e injusticia en la que se encuentran muchas personas trabajadoras porque sin conocer esta realidad no podremos hacer frente a sus causas».
«Signos de esta precariedad son los cerca de 3 millones de personas desempleadas que sigue habiendo en nuestro país, o que 3,5 millones de personas en España no llegan a final de mes pese a tener un empleo; el que medio millón de personas migrantes estén en una situación irregular y condenadas a sobrevivir de la economía informal, o que sean más de un millón de accidentes laborales los que se producen anualmente en nuestro país, 741 de los cuales resultaron mortales en 2021.
Toda la sociedad se siente afectada por la situación social y económica en la que nos encontramos. Es consecuencia de las últimas crisis vividas: la crisis financiera de 2008, la causada por la pandemia de la COVID y la actual, fruto de la guerra en Ucrania. La última crisis nos ha llevado a una situación de tensión, más allá del miedo y rechazo a la guerra, que está provocando, junto con otros factores, un empobrecimiento de la ciudadanía, que sufren más los trabajadores cuyos sueldos se están devaluando, con la consiguiente dificultad para hacer frente a gastos básicos. Mientras el IPC ha llegado a situarse en el 10,8%, los sueldos pactados en convenio se sitúan, de media, en el 2,56%».