«Estoy observando entre los catecúmenos adultos una tendencia nueva, gente que quiere reconectar»

Publicado el 21/11/2025
[ssba]
«Estoy observando entre los catecúmenos adultos una tendencia nueva, gente que quiere reconectar»

Este sábado, 22 de noviembre, se celebra en la Catedral el Rito de Iniciación al Catecumenado de Adultos, uno de los momentos importantes que están fijados en el calendario para este proceso, pensado para personas mayores de 18 años que quieren recibir alguno de los Sacramentos de la Iniciación Cristiana. Este año son ya 325 las personas inscritas en la diócesis –una cifra ligeramente superior a la del año pasado–, que reciben la formación a lo largo de todo el año de manos de un grupo de catequistas con amplia experiencia. Una de ellas es Carmen Losa, de la parroquia de La Fresneda (Arciprestazgo de Siero). Así nos relata su experiencia:

¿Cómo comenzó tu proceso como catequista de adultos?
Hubo un momento, hace unos siete años que, en la diócesis, se decidió que el Catecumenado de Adultos fundamentalmente no se hiciera a nivel parroquial, sino que se hiciera a nivel arciprestal. En el Arciprestazgo de Siero quisieron formar un grupo y se lo propusieron a Carmen Alonso (antigua responsable de Apostolado Seglar) y a mí me dijeron que la acompañara. Estuve con Carmen dos años, más o menos, y a ella le debo absolutamente todo porque fue mi maestra y mi mentora. Al cabo de unos dos años me dijeron «ahora, vuela sola». Y ahí sigo, con grupos todos los años.

¿Son muchas entonces las personas que se acercan a la parroquia preguntando por el Catecumenado de Adultos?
Bueno, yo este año tengo a cuatro, porque es verdad que ya no es tanto a nivel arciprestal, sino que se volvió otra vez a la parroquia como centro, por lo que hay más grupos y estos son más pequeños.

Carmen Losa

¿Qué temas se tocan en la formación para los adultos en la Catequesis?
Se divide fundamentalmente en dos partes. Está el Precatecumenado, que es desde que empezamos aproximadamente en el mes de octubre hasta el momento del rito de iniciación, que es el que tiene lugar el sábado. Ahí profundizamos en el Antiguo Testamento y en la Historia de la Salvación. En el momento del Catecumenado, propiamente dicho, vamos desgranando poco a poco el Credo, hablamos de los Sacramentos, de los Mandamientos y sobre todo hablamos de Jesucristo. Nos centramos más en el Nuevo Testamento.

¿Y qué tipo de personas acuden al catecumenado de adultos? ¿Hay algún perfil que se repite? 
En realidad el perfil es bastante variado. Yo este año tengo, por ejemplo, a un chico de 18 años y a un señor de 66 aproximadamente. Y todos vienen por diferentes motivos. Algunos acuden porque quieren ser padrinos de boda, de bautismo etc. Pero al mismo tiempo estoy viendo una tendencia nueva, que es gente que se acerca porque quiere dar gracias, quiere reconectar y quiere volver a sentir a Dios a su lado. Sí que es verdad que el Sacramento de la Confirmación, por ejemplo, llama mucho porque con él pueden ser padrinos, pueden casarse, de todo eso hay. Pero luego también estoy viendo que llega gente diciendo: «A mí me falta el sacramento de la confirmación y estoy en un momento en el que lo necesito, que quiero dar ese paso».

¿Crees que para todos ellos el Catecumenado les aporta, les resulta gratificante de alguna manera?
Yo creo que aporta siempre. Todavía estaba hablando con ellos esta semana en la catequesis y les decía que todos tenemos un momento. A lo mejor, de esa petición de ser padrino que te hace un familiar o un amigo, surge la necesidad. Es la forma que tiene Dios de llamarte de alguna manera y tú lo escuchas. Podrías decir que no, pero lo piensas, lo meditas, y dices «pues a lo mejor sí, no estoy confirmado pero voy a hacer lo necesario para confirmarme». Es decir, creo que es una llamada. De una forma distinta a la habitual. Pero una llamada también.

¿Con qué tipo de dudas habituales o desconocimientos acerca de la fe acuden las personas al Catecumenado?
Yo distingo dos grupos: aquellos que dejaron de prepararse muy pronto o que perdieron el contacto con la religión y que se quedaron en la época de la infancia. Esas personas suelen tener dudas más básicas, que podemos tener todos, en realidad, pero que en su planteamiento son más básicas. Y luego está otro tipo de gente que siguieron leyendo, buscando, o que lo han hecho de un tiempo a esta parte, y entonces sus dudas tienen un planteamiento, quizá, más profundo.

¿Observas una evolución desde que empiezan hasta que van pasando los meses y ya van terminando?
Sí la noto, sobre todo con los que vienen, a lo mejor, con una educación o con una religión más infantil. Ves cómo van madurando poco a poco, cómo sus inquietudes van cambiando, cómo las preguntas son distintas, porque yo además procuro en las catequesis  meter noticias y hechos de actualidad. Por ejemplo hablamos del Jubileo de este año o cuando falleció el Papa pues explicamos qué es un Cónclave etc. Entonces, intento que la actualidad de la Iglesia se incorpore en nuestras catequesis, no quedarnos solo en el libro, que está muy bien, pero también es bueno aplicarlo todo a la vida diaria.

¿Qué supone para ti esta experiencia de estos años ayudando a formar y ayudando a estas personas adultas?
Supone todo un reto a nivel personal y un esfuerzo porque, aunque llevo ya varios años, todas las semanas me tengo que poner a estudiar, a mirar, buscar y para mí es un enriquecimiento. Yo no sé cómo salen ellos, pero yo a final de salgo mucho más rica en sentimientos, en vivencias, en formación de lo que empecé el curso.

Desde el año pasado, además, eres responsable del catecumenado online, que es una iniciativa que se ha visto necesaria en función de las circunstancias de las personas. Cuéntanos en qué consiste.
Se vio la necesidad de adaptar una Catecumenado a aquellos asturianos que, por motivos de trabajo o de estudio no pueden estar todas las semanas en una catequesis presencial. Por ejemplo, tengo una chica que vive a caballo entre Ribadesella y La Coruña. Es imposible mantener una catequesis en su sitio de residencia presencial todas las semanas. Es exactamente el mismo temario, la misma frecuencia de las catequesis, todo es lo mismo, pero en vez de estar presencialmente estamos al otro lado del móvil. Está teniendo muy buena acogida. El año pasado tenía a un chico nada más, que estaba estudiando en Bilbao y era de Mieres. Nos conectábamos todas las semanas. Este año ya son siete.