La Legión de María es una organización apostólica de laicos que acaba de cumplir un siglo de vida. Nació en Dublín (Irlanda), pronto se extendió por todo el mundo, hasta contar hoy en día con treinta y tres millones de miembros. En nuestra diócesis fue más numerosa de lo que es hoy, pero aún permanece un pequeño grupo de mujeres que, con sede en la parroquia de Santo Domingo (Oviedo), rezan, se forman y sirven a los más necesitados. Hablamos con dos de sus integrantes, Josefina Álvarez y María Antonia Lazcano.
¿Cómo definiríais la Legión de María?
Josefina Álvarez: Es un movimiento de apostolado seglar, es decir, de laicos, que nos reunimos semanalmente para orar y trabajar. Nuestro sitio está en las parroquias, donde estamos al servicio del párroco para todo lo que necesite de nosotros. Excepto una cosa, y esto es algo especial de la Legión de María, y es que no pedimos dinero, sino que vamos a servir. El espíritu de servicio nos define.
En las reuniones semanales, revisamos las actividades apostólicas que hacemos, se estudian temas formativos para hacer más eficaz el apostolado.
¿Cuándo llegó a Asturias?
J. Á.: A España llegó gracias a Pacita Santos en los años 50, y en Asturias se implantó sobre1960. Desde el principio estuvo en las parroquias de San Francisco de Asís y San Juan, en Oviedo. Sé que estuvieron activos unos años y después decayó, pero volvieron pronto a funcionar.
Yo comencé a colaborar con ellos a finales de los años 60.
¿Cuáles son vuestros trabajos apostólicos?
J. Á.: Ahora hacemos trabajos muchos más limitados, pues ya tenemos una edad avanzada. Colaboramos en Catequesis, y yo por ejemplo tengo un grupo en las Ancianitas donde voy a dar de comer, aunque se ha frenado con la pandemia. Se ayuda en la Liturgia de la Palabra en aquellas parroquias que no tienen sacerdote, hacemos cursos de alfabetización de inmigrantes, etc. Durante muchos años por ejemplo yo colaboré con las Adoratrices, ayudando a las jóvenes que estaban acogidas.
Habitualmente en la Legión de María vamos de dos en dos a hacer trabajos complicados. Así se hace en todo el mundo y así se hizo en su tiempo en Oviedo también. Nuestra misión es servir a Dios por medio de María, practicando las obras de misericordia, como puede ser la atención en la drogadicción, prostitución, alcoholismo, etc. En Dublín, en los inicios, de hecho, se comenzó visitando a mujeres con cáncer en los hospitales. Hoy tienen una casa donde recogen a personas que no tienen medios, que están en la calle, en la droga o la prostitución. Los cuidan los legionarios de María y lo subvenciona el Estado. Yo misma conocí esa casa en la visita que hice a Irlanda en el año 1981.
M.ª Antonia Lazcano: Mi experiencia de la Legión de María es algo más reciente, pues la conocí en los años 80, a través de mi párroco. En aquel momento había cinco grupos en Oviedo. Siempre realizamos lo que llamamos “trabajo de consolación”, es decir, acompañar a gente mayor o gente que está pasando por dificultades. Nosotros no podemos dar limosna en nombre de la Legión de María o solucionar problemas económicos, pero sí podemos acompañar. Cuando yo empecé, se trabajaba con la prostitución que estaba principalmente en la calle Magdalena, los alrededores del Fontán y del Campillín. Acompañaba a las chicas a los médicos, a arreglarles papeles, por ejemplo. Siempre se hacía desde el respeto, dándote cuenta de que la persona está haciéndote un favor a ti, para que tu vida y tu fe tengan un sentido más allá de ir solo a misa. Durante más de veinte años estuve también colaborando con Proyecto Hombre, acompañando a los chicos y dándoles consuelo. Alguna vez te decían que querían venir a misa y te daban una alegría.
Después, ya en estos últimos años, me incorporé a la catequesis, donde estoy feliz.
¿Cómo ha cambiado toda esta labor que seguís llevando a cabo, desde el comienzo de la pandemia?
M.ª A. L.: Dejamos de poder hacer muchas cosas. No podíamos visitar residencias o visitar a personas mayores que viven solas. Sin embargo, empezamos a sustituir esa labor por el teléfono, y también por el ordenador, el correo electrónico, etc.
Intentamos saber de las personas, preguntarles cómo están, qué necesitan.
Si alguien quisiera colaborar con la Legión de María, o conocerla mejor, ¿dónde os pueden encontrar?
M.ª.A.L.: Ahora estamos en la parroquia de Santo Domingo de Guzmán, aquí en los Dominicos, en Oviedo.