Edgar Perales es seminarista en nuestro Seminario Metropolitano. De hecho, será ordenado diácono el próximo domingo, 8 de junio, solemnidad de Pentecostés en la Catedral. Natural de la diócesis de Chiclayo (Perú), llegó a Oviedo en el año 2020. Conoció al Papa León XIV desde el año 2014 en su diócesis natal, cuando el Pontífice era su Obispo. Esta mañana ha sido entrevistado en Cope Asturias, y así nos lo ha contado:
Estás feliz, ¿de qué conoces al nuevo Papa?
Le conozco porque soy peruano, chiclayano y él fue Obispo de Chiclayo. Le conocí en el año 2014 hasta que me vine a Asturias. Fueron seis años con mucho contacto y mucha relación.
¿Os veíais frecuentemente?
Sí. Los primeros años, cuando aún no había ingresado en el Seminario, le veía al coincidir en alguna Confirmación o celebración en la parroquia, pero al ingresar en el Seminario sí que hubo un contacto aún más frecuente. Le ayudaba en la Catedral en las celebraciones y pasaba mucho por el Seminario. Recuerdo que tenía muchas tertulias con nosotros y encuentros personales porque era un hombre muy cercano.
Edgar Perales atiende el sacramento de la Confirmación con el entonces Obispo de Chiclayo, hoy Papa León XIV
O sea que habéis tenido una relación muy directa.
Sí, muy directa.
Cuéntanos, ¿cómo es él?
Yo diría que, de primeras, puede parecer un poco tímido, en el sentido de que no vamos a ver grandes gestos. Pero al mismo tiempo es muy cercano. Diría que su principal virtud es la escucha. Es un hombre que escucha mucho, que se preocupa por ti, y la verdad es que yo creo que tiene las cualidades necesarias para los retos del mundo y de la Iglesia.
¿Tienes alguna anécdota con él, algún detalle que nos puedas contar?
Pues tengo muchos, pero particularmente hay dos momentos que, de algún modo, me marcaron porque cuando yo ingresé al Seminario tuvimos un encuentro con él y, entre otras cosas, le preguntamos cómo podíamos perseverar y su consejo fue «ser hombres de oración». A mí eso me marcó muchísimo. Y la segunda, fue muy significativa, una vez me encontraba yo por la calle, de camino a casa por una avenida, una de las principales avenidas de Chiclayo, y de pronto veo que un coche blanco para, baja la ventanilla y era él. Me preguntó que a dónde iba, le dije que a casa, y dijo: «bueno, pues te acerco». Tenía ese tipo de detalles y la verdad que, no puedo estar desbordado de gozo porque creo que es un hombre muy cercano.
Él supo que te venías a Oviedo, ¿no?
Sí, sí, lo supo.
¿Y te dio algún consejo cuando le dijiste que venías para estudiar?
Bueno, pues que había que servir a la Iglesia con ilusión y como la Iglesia quiere ser servida, porque además es un hombre de corazón católico universal y yo creo que ese sentido siempre sus consejos siempre van en esa dirección.
¿Habéis mantenido contacto en este tiempo que llevas en Asturias? ¿Alguna llamada, algún mensaje?
Llamadas concretamente no pero sí que nos enviamos mensajes de Whatsapp. Básicamente, en las fechas importantes. Por ejemplo, le felicité cuando le hicieron cardenal y por Navidad, Pascua, etc.
Entonces hace poco que os habéis felicitado.
Sí, justo antes de fallecer el Papa Francisco, y eso que no lo esperábamos.
Edgar Perales con el entonces Obispo Robert Francis Prevost, hoy Papa León XIV
Bueno, los mensajes son personales, pero ¿podemos saber qué te decía?
Era un hombre bastante cordial, entonces aparte de felicitarte la Pascua, te pregunta cómo estás, si estás ilusionado, etc.
¿Y qué esperas de su Pontificado?
Bueno él fue Obispo de Chiclayo, y a Chiclayo se le conoce como la «Ciudad de la Amistad» y yo espero eso, que sea un hombre capaz de entablar amistad y puentes con todo el mundo, que lleve el Evangelio a todos los rincones.
Para un peruano como tú, Edgar, que algunas de sus primeras palabras como Papa hayan sido para acordarse de Chiclayo, ¿qué sentimiento te provoca?
Los peruanos estamos orgullosos de serlo y ahora mucho más todavía. El hecho de que Perú haya resonado en el mundo entero, y más Chiclayo, hace que estemos desbordados de gozo.
