El Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz Montes, vuelve un año más a publicar la serie «Viernes de Cuaresma», en vídeo. Breves reflexiones semanales a lo largo de la Cuaresma, para difundir a través de internet y las redes sociales. En esta primera entrega, estas son sus palabras:
Domingo primero: tentaciones superadas
Hay que decir que la Cuaresma no es sinónimo de tristeza, como si nos disfrazásemos a nuestra vez de luto tacañón. Sin embargo, y nunca mejor dicho, da la impresión de que somos «cenizos». Pero ¿es así realmente? ¿Por qué, entonces, nos empeñamos en un hacer cuaresmal tejido de oración, de ayuno y de limosna? Los cristianos somos invitados por la Iglesia a volver nuestro corazón a Dios. La andadura de un año, el pisar tantos caminos y dormir en tantas posadas, puede habernos traído, no solo el cansancio y el desgaste inevitables, sino también las dolencias en el alma apagada, las arrugas en la sonrisa acartonada, el desencanto en el corazón endurecido… en fin, todo eso que llamamos pecado. Y por eso, tal vez tengamos exceso de caretas que se nos van pegando a la verdad de nuestro rostro en este frecuente carnaval de la vida. Necesitamos ir despegando con paciencia y decisión todos esos disfraces que oculta la verdad d eDios en nosotros: para eso es la Cuaresma.
Las tentaciones de Jesús son el espejo en donde podemos ver todas las nuestras. Es el desierto de todas nuestras tentaciones en donde se nos salva de la soledad librándonos de nuestras seducciones funestas, para prepararnos a la acogida renovada de la Luz pascual que viene a iluminar todas nuestras oscuridades, la acogida de la victoria del Resucitado que viene a triunfar sobre todas nuestras muertes y derrotas. La cuaresma es camino de alegría, porque levantándonos de nuestras oscuridades todas nos vuelve a proponer una meta que termina en pascua gozosa.