Comienzo de curso en el Seminario con más de 40 jóvenes en formación

Publicado el 26/09/2025
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Comienzo de curso en el Seminario con más de 40 jóvenes en formación

El pasado 17 de septiembre tenía lugar en el Seminario Metropolitano la inauguración del Curso Académico 2025-2026, como siempre con la celebración eucarística presidida por el Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz Montes seguida de un acto en el Aula Magna con la lección inaugural a cargo del Obispo emérito de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández. El curso en el Seminario lleva ya alguna semana de rodaje y en esta ocasión hablamos con su Rector, el sacerdote José Antonio Bande, sobre las perspectivas de este curso que comienza.

El Seminario aúna diferentes realidades, tanto conviviendo como en el ámbito de la formación. ¿Cuáles son?
La comunidad de Seminario Metropolitano está formada por nueve seminaristas de la diócesis más cinco seminaristas nicaragüenses de la diócesis de Jinotega y tres seminaristas de la diócesis de Santander, además de los tres formadores que realizamos el acompañamiento vocacional. El motivo porque están aquí los seminaristas de Jinotega y los seminaristas de Santander es por sendos convenios de colaboración que hay entre estos seminarios y el de Oviedo, para facilitar el proceso formativo y vocacional. En caso de la diócesis nicaragüense, sabemos que Nicaragua pasa por una delicada situación en la relación Iglesia-Estado que hace aconsejable esta acogida de los seminaristas. En cuanto a la diócesis de Santander, que forma parte de la Provincia Eclesiástica de Oviedo, venimos realizando desde hace años una colaboración conjunta, según la cual el curso «propedéutico» o introductorio se desarrolla íntegramente en el seminario de Monte Corbán, en Santander, tanto para los seminaristas de Santander como para los de nuestra diócesis y el resto de los cursos de formación eclesiástica, el Bienio de Filosofía y el Trienio de Teología, en el seminario de Nuestra Señora de la Asunción, en Oviedo.
Actualmente, el curso propedéutico en Monte Corbán está integrado por siete seminaristas; tres de Santander y cuatro de la diócesis ovetense. He de hacer mención de los seminarios hermanos de Redemptoris Mater y de Lumen Dei, cuyo seminaristas realizan, no solo estudios en las aulas del Prao Picón, sino también otras actividades conjuntas y nos aunamos en las celebraciones litúrgicas principales a lo largo del año.
También hemos de incluir a los siete diáconos de nuestra diócesis, dos del Seminario Metropolitano, cuatro del Redemptoris Mater, uno de Lumen Dei y los dos diáconos con que cuenta la diócesis santanderina, que están aún en proceso de formación a la vista de la ordenación sacerdotal. Sumando todas estas realidades, sobrepasamos los 40 miembros. Todo un regalo del Señor a esta Iglesia hermanada en pluralidad y con una diversidad notoria que es particularmente enriquecedora.

El Rector del Seminario, D. José Antonio Bande

El Seminario va creciendo en número. La diversidad es evidente, ¿qué les aporta, qué aprenden unos de otros?
En un Seminario la diversidad aporta una sinfonía de experiencias, perspectivas, talentos y talantes que fortalecen la formación de los futuros sacerdotes. No es sólo una característica demográfica, sino un elemento vital para la formación integral de los futuros sacerdotes, porque los equipa para un ministerio en un mundo cada vez más plural y complejo. Hay, en primer lugar, un enriquecimiento intelectual y espiritual. La apertura, diferentes puntos de vista y formas de vivir la fe, ayuda a los seminaristas a desarrollar una comprensión más profunda y aquilatada de la Teología y de la Pastoral. Esto les prepara para servir a las comunidades parroquiales y a los diversos grupos que se les confiarán y que son por naturaleza heterogéneos. Hay, en segundo lugar, un desarrollo y fortalecimiento de la comunión dado que, al colaborar con personas de distintos contextos y procedencias, los futuros sacerdotes aprenderán a ser más sensibles y a comprender las necesidades y desafíos pastorales de su ministerio. La vida en el seminario con su diversidad se convierte en un microcosmos de la Iglesia y de la propia sociedad. Los seminaristas aprenden a trabajar en equipo, a resolver los conflictos y a apreciar las fortalezas de cada miembro, habilidades esenciales para la vida en comunidad y para el futuro servicio sacerdotal. Y por último, también la diversidad ayuda al fortalecimiento de la vocación. Ayuda a los seminaristas a discernir mejor su propia vocación, porque al contrastar sus experiencias con las de otros seminaristas, pueden reafirmar esa vocación y también las peculiaridades, como Dios llama personalmente y en cada circunstancia concreta.

Los que en el curso pasado hicieron el propedéutico han perseverado y han entrado otros nuevos que son los que harán, en Santander, ese curso introductorio. ¿Qué perfiles, edades y qué procedencias tienen?
Sí, damos gracias a Dios porque efectivamente han perseverado los siete, cinco asturianos y dos santanderinos que han pasado del propedéutico para proseguir sus estudios en el seminario de Oviedo.  Y han iniciado otros siete el propedéutico en Monte Corván, cuatro de Asturias y tres de Santander. En cuanto a sus perfiles, están entre la veintena y la treintena, en cuando a edad y tienen una diversa procedencia geográfica: Asturias, Cantabria, Colombia, Alcalá, etc. El germen vocacional es también muy diverso, así como su formación previa, tanto académica como laboral. Muy diverso. Qué actuales resuenan las palabras de San Pablo cuando habla de la diversidad y la unidad en el espíritu.

Los seminaristas, como suelen hacer año tras año, han estado, antes del comienzo de curso, una temporada en Covadonga donde han tenido momentos de formación, de retiro etc. ¿Cómo ha sido esa estancia?
Estuvimos durante toda la Novena de Covadonga desde el inicio, el día 30 de agosto, hasta la solemnidad de Covadonga el día 8 de septiembre. A continuación tuvimos los ejercicios espirituales que preceden al inicio del curso académico. Antes de la Novena, en el mes de julio, estuvimos tres días de convivencia por tierras burgalesas. Nos acompañó nuestro Arzobispo, don Jesús. Previamente los seminaristas tuvieron también los cursos de formación que organiza la Conferencia Episcopal Española y que este año tuvieron lugar en el seminario Monte Corbán. Durante la novena de Covadonga, además de asistir a las celebraciones, se sumaron al grupo de voluntariado del Santuario, que realiza una tarea encomiable de acogida y de atención al peregrino y tuvieron, dentro de esos días de la Novena, dos días de formación en torno al tema “Redes Sociales, inconvenientes y posibilidades”.
La estancia en Covadonga resulta siempre un tiempo de gracia y de bendición a los pies de la Santina, a la cual nos encomendamos en cada inicio de curso. Este año, además, tuvimos el honor de hacer la ofrenda en la Misa de la solemnidad, un pequeño libo representando el germen y desarrollo vocacional que hemos plantado recientemente en las inmediaciones de la Basílica, y cuatro orquídeas simbolizando el florecimiento vocacional.

¿Cómo se presenta este curso que comienza? ¿Qué fechas están marcadas en el calendario del Seminario para este curso?
El pasado miércoles, día 17 de septiembre, tuvo en lugar la lección inaugural con una celebración eucarística en la capilla mayor del seminario metropolitano a las 11 y media de la mañana. A continuación, una conferencia muy interesante impartida por don Demetrio, obispo emérito de Córdoba, sobre Nicea y el obispo Osio en la reflexión cristológica de la Iglesia. Finalmente, una comida de confraternización. Próximas fechas a tener en cuenta: en el apartado académico, a finales de noviembre, la celebración de Santa Catalina de Alejandría, patrona de los estudios filosóficos, con una serie de actos que tendrán lugar en el seminario de Monte Corbán, en Santander. El 28 de enero, la celebración de Santo Tomás de Aquino, patrono de la teología, con otra serie de actos en esta ocasión en el seminario de Oviedo. En cuanto al apartado celebrativo, el Triduo en honor a los Beatos Seminaristas Mártires a principios del mes de noviembre; la institución de Lectorado, a finales del mes de enero; la institución del Acolitado y el rito de Admisión a Órdenes en la festividad de San José, tradicional Día del Seminario y Día de las Familias.
Finalmente, en el mes de mayo tendremos la celebración de San Juan de Ávila, patrono del clero y diocesano español. Esto al menos en cuanto a las fechas más señeras y destacadas a lo largo del curso. El broche de oro lo pondrá la Solemnidad de Pentecostés, donde tienen lugar las ordenaciones presbiterales y diaconales, y pocas fechas después, la celebración de las Bodas de Oro y Plata sacerdotales, teniendo mucho y bueno que celebrar.