Comienza la Novena a la Santina, recordando el Año de la Oración propuesto por el Papa

Publicado el 31/08/2024
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Comienza la Novena a la Santina, recordando el Año de la Oración propuesto por el Papa
Como es tradición, esta tarde del 30 de agosto ha dado comienzo, en el Santuario de Covadonga, el Novenario en honor a la Santina, que este año lleva por lema «María, Virgen Orante». El primer día ha contado con la presencia del Cardenal Ángel Fernández Artime SBD, natural de Asturias, quien presidió la eucaristía junto con el Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz Montes, el Cabildo del Santuario y numerosos sacerdotes diocesanos que acompañaban a las parroquias presentes en esta primera jornada, procedentes de Avilés, Infiesto, Gijón, Colunga, Lastres, Teverga, Llaranes, Soto, Sama o Riaño, entre otros. También se encontraban presentes miembros del movimiento Cursillos de Cristiandad, y los seminaristas del Metropolitano de Oviedo, del diocesano Redemptoris Mater y del Seminario Monte Corbán de Santander.
En su introducción, el Abad de Covadonga, Adolfo Mariño, manifestó que, en una reciente publicación de un diario regional, el Cardenal don Ángel Fernández Artime, nacido en Luanco, había afirmado que «se siente un poco embajador de Asturias, dando a conocer sus raíces», y subrayó que «una de las raíces de todo asturiano es Covadonga», pues «la Santina nos acompaña por los caminos de la vida allí donde estemos». Explicó también el Abad que este año el Papa Francisco lo ha dedicado a la oración, como preparación al Año Jubilar del 2025 «recordándonos que el cristiano, como María, es un peregrino de esperanza, y nos invita a intensificar la oración, a redescubrir su gran valor y nuestra necesidad de ella. Acogiendo su propuesta –afirmó Adolfo Mariño– toda la Novena de este año gira en torno a la oración, teniendo a María como modelo». Finalmente anunció que la celebración contaba con la presencia de «un objeto muy especial». Se trataba del  cáliz sagrado de Qaraqosh, en Irak, que fue profanado por las milicias del Estado Islámico. «Este cáliz es un símbolo de la persecución de los cristianos en muchos lugares del mundo. Oremos por la Iglesia perseguida y martirizada. Tenemos que ser nosotros la voz de los que no tienen voz», finalizó.
A continuación, antes de comenzar la eucaristía, el Arzobispo de Oviedo Mons. Jesús Sanz quiso agradecer públicamente el «gesto fraterno de que, un asturiano de Luanco, que en este momento es Rector Mayor de la querida Congregación de los Padres Salesianos, y que ha sido nombrado Cardenal de la Santa Iglesia Romana recientemente por el Santo Padre, tenga a bien presidir la apertura de este gesto que, durante nueve días, nos convoca a asturianos y tanta gente que viene de afuera». «En la cercanía que tiene usted ahora con el Santo Padre –dijo– le pido que le transmita que esta Iglesia particular de Oviedo le acompaña con afecto filial, reza por él y encomienda sinceramente su salud y sus desvelos».
Durante su homilía, el Cardenal asturiano agradeció la «cálida acogida» dispensada por el Santuario y los fieles asturianos allí presentes, y abordó la figura de la Virgen como «la mujer que acoge a Dios en su Palabra». Recordó que «solo desde la confianza y la espera en Dios, Ella pudo vivir tantas cosas. Sólo desde el abandonarse en los brazos de Dios y en su Palabra, vivió esos años de la vida oculta de Jesús. En el silencio –dijo– de aquellos largos años, María siguió sintiendo y experimentando que Dios habla en soledad sonora y fecunda. Ella acompañó a su Hijo en sus horas más amargas. Al pie de la Cruz y del descendimiento más doloroso permaneció, con fe y sin perder la esperanza. Fiel a Dios, María compartió y acompañó a los discípulos en Pentecostés». Y con ello recordó las palabras de Benedicto XVI, cuando afirmaba que «la existencia de María es para la Iglesia una invitación a abandonarse en la escucha y la acogida de Dios. La fe no es tanto una búsqueda de Dios, como el reconocer que Dios viene a nosotros, nos visita y nos habla. Y se encuentra con cada uno cuando menos se lo espera».
El primer día, al igual que el resto de la Novena, ha estado acompañada musicalmente por una agrupación coral mixta formada, entre otros, por antiguos escolanos.